Capítulo Veintitrés

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Sebastián

Dania es como una droga cada vez que consumo la dosis más mínima de ella ansío más y más absorbe mis pensamientos e invade mis sueños aún no se como es que nos enamoramos, es decir a pesar de nuestras diferencias nos enamoramos y, al hacerlo, creamos un sentimiento singular y maravilloso. Para mí, fue un amor que sólo puede existir una vez, y por eso cada minuto que pasamos juntos ha quedado grabado en mi memoria. Nunca olvidaré un solo instante de nuestra relación por muy poco que haya durado se que esto que siento no es un juego para mí, esta vez no yo la amo, la amo de verdad. La amo tanto que no tengo palabras para describirlo, porque ni siquiera yo lo entiendo jamás pensé que podría sentirme de esta forma. Lo único que se es que ella es mi única oportunidad para ser feliz si me deja, jamás me recuperaré no lo haré, ella es la única oportunidad que tengo de no pasarme solo el resto de mi vida. Acarició su rostros y notó que comienza a moverse inmediatamente me hago el dormido—Joder... que hice que hice— se pregunta —bien, no pasa nada soy adulta y puedo tener sexo con quien sea— hago mi mayor esfuerzo para no reírme—joder pero no contigo Tian— escucho como suspira —Sebastián... Sebastián despierta— comienzo a moverme y hago como que voy despertando y la veo molesta —¿que haces en mi cama?— pregunta bruscamente —Lindura tú me obligaste a quedarme— ella me ve molesta— te aprovechaste de que estaba borracha— niego —créeme esto fue lo mejor tú querías otras cosas que justo porque estabas borracha no hice— ella molesta se levanta y se mete a bañar. Se que Dania lleva una serie de capítulos tristes y anhela encontrar un final feliz y yo estoy dispuesto a luchar por ambos de ser necesario para darle ese final feliz.
Después de desayunar partimos rumbo al trabajo cada quien en su auto a pesar de ambos nos dirigimos a mi constructora—ya estoy aquí así que dime que quieres— entra Dania a mi oficina deja su bolsa y se sienta frente a mi —solo darte los planos que te hacían falta para la construcción del centro comercial— ella los toma y cuando está por salir se detiene —anoche tú y yo...— la dejo que termine pero al ver que no dice nada continuo yo —no... tú querías pero estabas demasiado tomada para saber lo que querías— ella asiente —me alegra saber que mínimo eres un caballero dentro de lo que cabe claro esta— la miro molesta —Dania, si queremos que esto funcione debes dejar que te explique cómo sucedieron las cosas solo así podremos arreglar las cosas—
—yo no quiero que esto funcione Sebastián, me caso contigo porque me compraste no lo olvides— su voz sigue siendo molesta a pesar de que bajo el tono de su voz —pues así sea por eso demos llevarnos bien, Dania estás siendo injusta conmigo solo te pido la oportunidad de que me dejes explicarte las cosas— ella deja los planos en el sillón y cruza sus brazos —dame una razón Sebastian solo una razón para darte esa oportunidad—
—la merezco...—
—¿a si? ¿Porqué?— me interrumpe —Dania yo te abracé aún sabiendo que tenías espinas—
—tú sabías de mis heridas y volviste a abrirlas— me reclama —ya sabía que no tenías corazón y te di el mío— Dania suspira —debiste creerme cuando te dije que sabía quedarme pero también se como irme— intenta irse pero la detengo —porque te rindes siempre, porque no luchas conmigo que diablos pasa que no quieres pelear por nosotros— reclamo frustrado por su actitud—¿y porque luchar?, para que voy a luchar no vale la pena además tú te llevaste algo de mí que no te correspondía, Sebastian esto estaba destinado para alguien que me amara, que me amara verdaderamente. Era para él, quien quiera que sea, y tú te lo llevaste ahora respóndeme ¿Para qué sirve pensar en lo que fuimos si ya no somos?—
—porque nos amamos yo de verdad te amo y te extraño créeme cuando te digo que echarte de menos es una de las cosas más difíciles ha las que me he enfrentado, porque se que por mucho que me faltes no hay nada que yo pueda hacer para que estés aquí conmigo— ella ríe y niega —¿te divierte el seguir mintiéndome— me pregunta irónica —te amo Dania es tan difícil entender que te amo—
—Sebastián tú me destruiste, dijiste que no ibas a lastimarme y me rompiste en tantos pedazos que no soy capaz de reunirlos ya no— me reclama— creo que olvidas que ambos hemos cometido errores me juzgas sin siquiera darme la oportunidad de explicarte las cosas— ella jala su cabello y suspira con pesadez —Sebastián tu tenías ya todo de mí, conocías mis mayores miedos, las tormentas por las que había pasado, lo que me atormentaba todavía y con lo que soñaba cada día. Eras de las pocas personas con las que confiaba y la única con la que quería pasar el resto de la vida. Pero pasó me engañaste y terminé por marcharme no puedes juzgarme por eso, con lo que hiciste me dejaste aquí ya sin ganas de volver a enamorarme. Y aunque digan que todo pasa con el tiempo, a veces no encuentro final, porque por más que lo intento, que trato de conocer a nuevas  personas y borrar tu rostro de mi mente, tus recuerdos siguen aquí, me dejaste sin ganas de volver a desnudar el alma— intento acercarme pero ella me lo impide y limpia una lagrima que escapo de sus bellos ojos —se que te lastime, se que cometí muchos mas errores que tú pero Dania dime que quieres que haga para que me perdones—
—nada... ahora ya no quiero nada— Dania niega y pone una mano en su cintura —días antes de enterarme que te acostaste con Emily te pedí que me dijeras la verdad de lo que te pasaba y solo me dijiste que no sabias como hacer para que esto funcionara... a lo largo de el poco tiempo que estuvimos juntos no te pedí prácticamente nada, solo un poco de sinceridad un trato a la altura del mío y recibí silencio, la mayor de las decepciones. De todas maneras creo que entendí tu respuesta... era un "no me importas" y no tienes una jodida idea de cuanto duele— tome su rostro y nuestras miradas se encontraron —me importas Dania, tu me importas más que cualquier persona en este mundo me importas más que yo mismo— sin dejarme terminar me empuja —Mentiroso—
—Sabes que no miento— camino a ella y retrocede — ya deja de acercarte a mi—
—te pongo nerviosa— Dania comienza a respirar pesadamente —Sebastián por favor no— comienzo a acércame más a su boca —¿que pasa?— pregunto cuando se queda callada —anoche no decías lo mismo ¿Tientas al diablo y luego te da miedo jugar con el?—Dania levanta la mirada —anoche estaba ebria— me encojo de hombros —dijiste que así te hablaran mierda del diablo te quedarías con el... ¿que cambio?—
—ya me has lastimado mucho— una pequeña lagrima escapa de sus ojos misma que limpio con mi mano ella suspira y muerde su labio inferior —lindura no puedes hacer ese tipo de cosas y creer que no vendré por ti—
—te odio—sus labios tiemblan al decir esas dos simples palabras—me amas—le digo juntando por fin nuestros labios, si no era amor era vicio porque jamás una boca me hizo regresar tantas veces por un beso, sin dejar de besarnos sus manos bajan a la hebilla de mi cinturón la quita y baja el cierre bajo mis manos hasta su trasero para cargarla y ella abraza mi cadera con sus piernas la dejo sobre mi escritorio, normalmente me gusta tomarme mi tiempo pero esta vez solo quiero enterrar mi pene en su vagina y follarla tan duro que la haría gritar mi nombre. Quito su chamarra y blusa, subo su falda, mi boca baja por su cuello la escucho jadear cuando dos de mis dedos corren sus bragas y tocan su humedad, siempre está lista. Bajo mi pantalón y de una sola estocada entro en ella estaba poseido por la lujuria mientras penetraba una y otra vez escuchando sus gemidos que eran como música en sus oídos —¡Tian!—jadea mi nombre enterrando sus uñas en mi cuello demandando mi boca con la suya sigo buscando llegar a nuestro límite hasta que siento que las paredes de su vagina se comprimen sobre mi pene haciendo que lleguemos a nuestro anciado orgasmo —mierda... Dania te amo, te amo— gruño vaciándome en su interior, es justo como lo dije Dania y yo somos la pura pasión personificada. Se que me ama aunque lo niegue y voy a recupérala

Me Prohibo Amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora