Capítulo Treinta y Cinco

15 2 0
                                    

Dania

No voy a morir por situaciones que aún no logro comprender, me queda claro que la vida puede llegar a ser muy cruel pero es mejor aprender a disfrutar las heridas, aunque se qué hay días como este en los que me siento morir se que puedo resistir, no es la primera vez que me abruma tanta tensión, no es la primera vez que tengo que levantarme porque he caído y también se que la batalla apenas comienza. Un nuevo día entra por mi ventana al girar puedo observar que Sebastian aún duerme y sonrió pues no se movió de su lugar en toda la noche, para ser sincera no se en que momento nos quedamos dormidos pero debió ser casi enseguida de que me repitiera que me amaba pues no llevamos pijamas que el siga dormido me permite observar que realmente es muy guapo pero también pensar que no ha sido su belleza lo que me llevo a enamorarme de él, fue más bien su sencillez su bondad, me enamoré de Sebastián Lancaster porque cuando nos conocimos éramos dos personas solas en todos los sentidos y que mejor que dos almas solitarias para enamorarse dos almas que comprendan que cuando uno de los dos se marche no pasa nada pero que ahora que estamos juntos tenemos la oportunidad de hacer que pase todo, me prohibí amarlo pero hay que ser cobarde para no arriesgarse por el hay que ser tonta para dejar ir un hombre cómo Sebastián Lancaster y es que claro que me impresiona su belleza como al resto pero lo que me enloquece de él son todas esas cosas que solo a mi me ha mostrado hay que ser distraída para no enamorarse de Sebastián —me observas mucho— Sebastián sigue sin abrir los ojos pero una sonrisa arrogante se ha formado en su rostro, doy un suspiro antes de responder—no sabía que decir— sin esperar más y sabiendo que no puedo darme el lujo de tenerlo cerca pues puede darse cuenta que mis recuerdos han vuelto, me levanto de la cama para buscar que ponerme hoy —Lindura creo que deberíamos hablar de lo que sucedió anoche— doy un largo suspiro y niego —no me digas así, ademas ya se que estamos casados pero eso no cambia lo que siento por ti... o mejor dicho lo que no siento— sin esperar mas entro al baño para comenzar a arreglarme.

Al bajar encuentro en el comedor a Sebastián con un traje Armani echo a la medida así como a mi hermana con ropa común y nada arreglada —sabes Liv es raro no verte maquillada y peinada siempre lo haces— mi hermana se encoge de hombros y Sebastián quien no me había notado pues estaba a sus espaldas se queda sorprendido por lo que he dicho —no le veo el caso a maquillarme y hacerme el súper peinado o buscar un gran outfit si al final terminaré quitándomelo para ponerme el uniforme de interna— yo asentí pues ella tenía razón —¿no vas a desayunar?— me pregunta levita al ver que me pongo un saco y tomo mi bolsa —necesito hacer unas cosas pero te prometo que compro algo Levita, ya se que no te gusta que andemos sin desayunar— sonrío y le doy un beso en la mejilla como es mi costumbre y salgo de la casa cuando estoy por subir a mi auto toman mi mano lo cual me impide subir —¿Que sucede Sebastián?— pregunto soltándome de su agarre —eso mismo quiero saber ¿Que es lo que sucede Dania?— el me observa esperando una respuesta a su pregunta pero yo no digo nada —no comprendo de que hablas—
—¿enserio? Dania te are una pregunta y espero que seas sincera conmigo— yo solo asentí —¿ya recuperaste la memoria?— de alguna manera logró controlar mis facciones para no demostrar sorpresa —No Sebastián... no recuerdo aún y no logro entender a qué viene tu pregunta— el cruza sus brazos y sonríe —ayer me llamaste "Tian" apodo que me pusiste tú nadie mas me llama así solo tú y antes de ayer no me lo habías dicho, hoy bajaste y al ver a tu hermana te sorprendió no verla arreglada cuando desde lo de tu accidente ni se maquilla antes de el claro que lo hacía pero eso no puedes saberlo al menos de que recuerdes también la manera en que hablaste con Levita incluso ella se sorprendió pues no lo habías echo hasta hoy e incluso tú ropa el día de hoy ya no hay tonalidades pastel que según tú madre son las que usas hoy te vestiste con la ropa que usabas antes tu memoria volvió ¿cierto?— más que una pregunta me sonó a una afirmación y tal vez no fui muy discreta pero es que ahora que recuerdo quien soy es imposible no comportarme como lo he echo siempre y para ser sincera mi ropa me delata mucho

Me Prohibo Amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora