XIV

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El alcohol jamás fue la puerta de salida preferida del músico, sin embargo había ocasiones como esta en la que la realidad era lo suficientemente áspera para orillarlo a buscar un rincón en dónde poder respirar o, por lo menos, ignorar ciertas cosas que no estaban bajo su poder.

Es precisamente por esto que aquella noche no paró de beber desde soju, whisky, vino, brandy, bourbon y cualquier tipo de alcohol que se encontrara sirviendo a sus clientes porque simplemente no tenía el valor suficiente para correr a ese par estando casi completamente sobrio.

Si bien le quedaban apenas tres horas para cerrar el bar desde que se fue Jungkook, sabía que, si no se iban de ahí lo más pronto posible, no resistiría todo el turno incluso si las primeras dos intentó resistir con unos tragos de soju que lo ayudaron a relajarse. Para su pésima fortuna Namjoon no abandonaba el bar y, en su lugar, el acompañante de este se volvía cada vez más escandaloso y molesto para él.

Con el pasar de las horas los clientes eran más escasos y conforme el número de tragos aumentaba su paciencia decrecía notablemente, ¿por qué no se iban si la botella de vino la habían terminado hace rato? Era lo que se preguntaba cuando sentía la mirada de Namjoon sobre su persona cada que se movía a atender mesas e incluso estando en la barra.

Conocidos o no, los dos estaban en su derecho de permanecer ahí y Yoongi lo sabía, pero por mucho que no quisiera correrlos o ser descortés estaba a nada de cruzar esa delgada línea que había trazado.

La situación lo sobrepasaba completamente y su pensamiento objetivo no funcionaba como él habría querido.

Sorprendentemente, el músico estaba ebrio pero su servicio había vuelto a ser casi perfecto a tal punto en el que la risa involuntaria y más espontánea que le producía el alcohol agradaba a cada persona con la que hablaba. Pero no era así cuando cruzaba miradas con el moreno pues sentía su ceño fruncirse y un nudo en el estómago que no le dejaba sumergirse completamente en su embriaguez.

Cuando el último cliente se marchó, Yoongi estaba listo para correrlos y también estaba lo suficientemente ebrio al punto de que era imposible predecir lo que sucedería a continuación. Namjoon parecía luchar consigo mismo para no lanzar lejos a su acompañante quien desde hace un rato estaba sobre el moreno riendo y siendo completamente pegajoso.

Para sorpresa de Yoongi, cuando este se acercó a la única mesa ocupada el castaño se lanzó encima de él y con un gesto bastante brusco el músico lo regresó a su sitio perdiendo lo poco de cordura que le quedaba.

Su garganta se desgarró cuando gritó a ambos que se largaran del lugar, el castaño sonriendo con satisfacción y el rostro enrojecido mientras Namjoon pretendía aproximarse hacia el músico siendo empujado por él mismo quien sentía su sangre hervir.

Los vio salir, recordaba haber cerrado y dejado las cortinas metálicas abajo, pero después de aquello su mente se había sumergido en una laguna oscura en la que sus acciones dejaron de ser conscientes y todo su mundo se había llenado de sonidos discordantes.


[ 🎵 ]


Un viejo tocadiscos de vinilo en el fondo le daba vida al lugar, las ventanas y puertas cerradas aprisionaban la voz de Sinatra de tal manera que no podía escucharse nada más, el mundo sonoro del exterior había sido anulado y ni siquiera se percibía el ruido de las botellas rodando en el suelo ni el goteo del alcohol en el fondo del vaso cada que lo llenaba.

La mente de Yoongi había dejado de funcionar con coherencia, le había dejado el paso libre a sus emociones en aquel recinto en donde el olor a embriaguez viajaba entre cada nota músical proveniente del tocadiscos.

The Genius Bar [Namgi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora