XXVI

12 5 0
                                    

El camino de regreso fue silencioso, incómodo incluso para Yoongi quien había estado acostumbrado a los silencios. Sus padres no notaron nada extraño en ambos o si lo hicieron no dijeron nada esta vez.

La madre de Yoongi se despidió con un abrazo fuerte hacia su hijo y a Namjoon le entregaron una cesta con parte de la cosecha de duraznos.

El músico se detuvo a sí mismo de cometer una imprudencia y arrebatarle aquello al otro. No quería que sospecharan nada ni mucho menos cruzar palabra con él.

Tras llegar a la terminal y despedirse de ambos, Yoongi fue al baño y no salió de ahí en los próximos treinta minutos. El autobús de vuelta se perdería, Namjoon se iría a Seúl cuanto antes y no tendrían que compartir otro momento incómodo de nuevo, eso es lo que esperaba y aquello sucedió.

Encerrado en uno de los cubículos se permitió llorar de nuevo.

Ni siquiera había podido dormir, mucho menos logró comprender en dónde se encontraba ahora mismo.

De nuevo se sentía expuesto consigo mismo, aislado, a la deriva. Recordó cómo había sido su primera noche en la ciudad y no pudo evitar sonreír con ironía. No era la primera vez que se encontraba en esa situación despojado de todo lo que tenía.

Sabía que podía sobrevivir, podía continuar por su cuenta incluso si su voluntad no era tan fuerte como hubiese querido.

Un corazón roto no era un destino fatal, aún tenía a más personas que lo necesitaban. Aquel mal que había marcado su vida no estaba más, todo debía volver a como era antes.


Seis meses después

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Seis meses después


—Jungkook —dijo saludando a su empleado— llegas temprano

—Tengo más tiempo ahora que cerré todas mis materias, ¿quieres ver mis calificaciones? Fui el más alto en mis laboratorios otra vez

Jungkook se apresuró a extender su boleta con calificaciones frente a Yoongi, quien de inmediato sonrió al ver los resultados de su joven ayudante.

Los ojos llenos de emoción de Jungkook se cruzaron por un momento y el dueño del bar sólo pudo revolver el cabello del otro como un acto de cariño. No estaba tan acostumbrado a ser tan afectuoso, pero quiso intentarlo por Jungkook.

Se había vuelto más expresivo gracias a la presencia de él y de Hoseok en su vida. Sin ellos no se creía capaz de continuar abriendo el bar.

—Por lo que veo eres más un hombre de acciones y no de teorías —dijo Yoongi provocando una sonrisa avergonzada de parte del otro

Había sacrificado sus materias teóricas por el trabajo otra vez. Por más que le dedicara tiempo, por más que se esforzara en leer y aprender datos de camino a la escuela y el trabajo, su cansancio terminaba por ganar las batallas la mayoría de las veces.

The Genius Bar [Namgi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora