—¿Un pastel?
—Sí, un pastel —afirmó completamente seguro— O quizás algún postre con el que pueda dar una sorpresa y festejar
La dependienta se mostraba nerviosa con la petición. Yoongi estaba frente al mostrador esperando que le diera una respuesta afirmativa o negativa. Cualquiera de las dos las aceptaría, aunque no dudaría en insistir un poco más de ser necesario.
Era cierto que tendrían trabajo al atardecer, pero ¿qué más daba? Quería hacer esto.
—No estoy seguro de que tengamos permitido vender piezas completas, tengo que hablar con mi supervisor —replicó la mujer un tanto nerviosa, bajando la voz tanto como podía
—Adelante, yo puedo esperar
—Está en su descanso, regresa al menos en cuarenta minutos, ¿le gustaría ordenar algo por el momento?
Yoongi sonrió y observó sobre la cabeza de la empleada. La pizarra era exactamente la misma que aquella vez, por lo que solo pidió un capuccino y esperó a que estuviera listo antes de salir de la tienda.
El ambiente era agradable a pesar del viento. No era precisamente la temporada más fría del año, pero por las mañanas refrescaba lo suficiente como para recurrir a ropas menos holgadas y frescas.
De pie junto al borde del camino, quizás estorbando un poco a los corredores que se ejercitaban en la mañana, se encontraba viendo el horizonte del río. No recordaba haberse detenido a observar el amanecer desde que se había mudado al edificio de Dawon, ahora se sentía arrepentido de no haber disfrutado antes aquel ambiente.
¿Hasta cuándo podría seguir de ese modo? ¿Cuánto tiempo más podría manter esa vida? Aquellas preguntas cruzaron por su mente cuando pudo ver a lo lejos el restaurante de Hoseok.
Una sola noche bastó para cambiar su vida, estaba exactamente en el polo opuesto de aquel instante. Era de noche y observaba las luces del río por la ventana, estaba en una de sus tantas salidas nocturnas a bares con música jazz, ni siquiera pretendía hablar con nadie.
Había avanzado tanto que ahora estaba en el vértice contrario. De cliente a dueño. De bebedor a barman. Del anochecer al amanecer. De un oyente a un pianista. Se preguntaba quizás si había pasado de ser Yoongi a alguien completamente diferente.
En medio de sus cavilaciones alcanzó a escuchar la campanilla de una bicicleta seguido de un estruendo proveniente de la cafetería.
Por instinto, giró a ver en aquella dirección encontrándose con una escena que ya había visto antes. Un deja vú que le dejó estático sin poder apartar la vista.
—Ash, ¿Namjoon siempre tienes que jugar dominó con todas las bicicletas aparcadas?
—Me distraje, lo siento —comenzó a levantar una a una las bicicletas y los cascos, haciendo múltiples reverencias al interior en donde se encontraban comiendo los dueños de los vehículos
—No has cambiado nada, parece que nunca lo harás —dijo la mujer molestándolo, dándole un ligero empujón en el hombro
Entonces algo en su interior cobró sentido. Aquel sitio parecía ser un lugar recurrente para el otro, en eso parecía tener razón Jimin. Pero era demasiado pronto para decir que podía ir a enfrentarlo.
sostenía el vaso de café en sus manos con demasiada fuerza sintiendo cómo el calor del líquido traspasaba hasta sus manos. Namjoon estaba ahí frente a él de nuevo, se sintió como si estuviera viendo un fantasma.
Algo completamente increíble a lo que sus ojos no podían dar cuenta.
—¡Oye! —escuchó la voz de la empleada, sacándolo de sus cavilaciones
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The Genius Bar [Namgi]
FanfictionYoongi abre un bar sin tener experiencia e invirtiendo los ahorros de su vida entrando sin saber a una red de problemas que ponen en riesgo su vida. *Namjoon top Yoongi bottom [140921] [211024] *Historia original. Queda prohibida la modificación tot...