XV

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Al día siguiente el sol había recorrido casi todo su camino hasta el ocaso, dentro del bar había quedado Yoongi arrullado en un principio por la música y después el silencio, junto con la esencia amarga del alcohol. Desde que Jimin se había ido ni siquiera se molestó en moverse a la bodega, solo se levantaba al baño y regresaba a su sitio para descansar.

Su cuerpo estaba frío y entumecido, abrió los ojos después de sentir una punzada demasiado fuerte en su cuello que le impidió seguir en aquel bucle interminable. El sabor de su boca era completamente desagradable aunado al olor de su propia ropa, el ardor en sus ojos le indicaban que había llorado lo suficiente incluso después de perder la consciencia de lo que estaba haciendo.

Su estómago rugía pidiendo algo de comida y estaba mareado, era evidente que se había excedido y ahora que estaba consciente de todo el daño que se hizo a sí mismo. Aquello le parecía absurdo y patético, iba a detenerse ahí ya que, de cualquier forma, el sentimiento de asfixia se había ido en gran medida.

Dispuesto a ir al baño y lavarse la cara se levantó sintiendo su cuerpo demasiado pesado y dolorido, escuchando su teléfono vibrar anunciando una llamada entrante. Extrañado de que estuviera encendido, fue directamente a contestar viendo la nota que estaba pegada en la pantalla.


  Vendré por el cargador en cuanto me llames  

                5610023894                                                      

                                                                              Jimin :)  


Imágenes borrosas del día anterior comenzaban a llegar de a poco, el rostro molesto de Jimin, los ojos llorosos de Namjoon y la cortada en su mano. Por instinto revisó su palma para comprobar que aquello había sido producto de su imaginación, quería detenerse en los demás recuerdos que tenía pero no podía concentrarse completamente con el teléfono vibrando en su mano todavía.

Sin muchas ganas de hablar con alguien, contestó inmediatamente viendo que Jungkook no había desistido y seguía esperando a que contestara. Pensó que debía ser importante, vamos ni siquiera era consciente del día en el que estaba y sólo respondió sin saber por qué le llamaba su ayudante.

—¿Diga? —habló con su voz dañada y ronca.

¡Yoongi! He intentado marcarte varias veces en la semana y me mandaba a buzón, te dejé varios mensajes también pero no te llegaban y-

—Se quedó sin batería y no lo había encendido.

Oh... bueno, disculpa —murmuró tomando aire para continuar— venía a ver si te encontrabas mejor, estoy afuera del bar esperando.

—Jungkook, son las cinco —contestó mirando la hora en el teléfono, la cabeza le seguía dando vueltas y ni siquiera se había percatado de que era viernes— tu turno comienza más tarde, vete a casa.

Es que quería saber cómo te encontrabas y es el único lugar que conozco en donde puedo encontrarte —aclaró— pero si no estás no importa, vine hasta acá y hay un café cerca...

¿Qué debería hacer ahora? Se preguntaba a sí mismo, Jungkook había ido hasta ahí para trabajar y también estaba preocupado de su estado.

No tenía el corazón para mandarlo de vuelta a su casa sin al menos algo, tenía que compensar su falta con el joven y su estómago le había dado una idea casi perfecta. Caminó en dirección hacia la puerta decidido a abrirle y dejarlo pasar incluso si no abría el lugar, no tenía corazón para hacerlo ir a otro sitio.

The Genius Bar [Namgi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora