Capitulo 2.

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Momento de pánico.

  

¿Les ha llegado la hora de debatirse entré hacer lo que quieren y hacer lo correcto?

Me encuentro en un momento de trance en el que mi subconsciente evalua el panorama que más está a mi favor, ir al lugar causante del problema no me permitiría continuar con el sueño que nunca empecé.

Un chillido que fácilmente se podría perder entre otros, hace que una corriente de electricidad me recorra la nuca y sin darme cuenta ya he llegado a donde se encuentra Lilian, bajo varios escalones antes de toparme con ella, y sin poder dar otro paso, ésta me toma del brazo con una fuerza exagerada.

No comprendo a qué se debe hasta que noto las miradas de miedo de mis vecinos. Todas en un mismo punto, justo detrás de mi, siento que el momento en que giro mi cuerpo pasa en camara lenta mostrando poco a poco la escena que todos observan con pavor.

Mi cuerpo recibe un espasmo e involuntariamente me llevo las manos a la boca, pero eso no impide que de mis labios salga un chillido

A varios metros de mi casa se encuentra —lo que parece ser— un muerto viviente, arrastrándose cuál gusano por el suelo.

Literalmente, parece un muerto viviente.

Ya entiendo por qué tanto susto. Es un hombre, se está arrastrando por toda la calle y su piel se rasguña mostrando heridas de las que comienza a brotar sangre. Tiene moscas y pequeños gusanos le comen la piel. Su ropa está destrozada y sus pies descalzos muestran callos y peladuras que lucen dolorosas, sin embargo, el hombre no muestra ni una pizca de dolor. Nada. El sentimiento no es compartido y desvío la mirada.

Parece un cadáver en descomposición.

«Tal vez lo sea»

Sacudo la cabeza para alejar esos pensamientos, las personas alrededor sueltan alaridos de miedo cada que el sujeto se mueve, pero no hacen ni el más mínimo intento por ayudar o acercarse, solo se quedan de pie viendo la escena petrificados, paralizados, y no los culpo, están en estado de shock.

El sonido de unas sirenas se va aproximando hasta que una ambulancia junto a dos patrullas se detienen un par de casas después de la nuestra. Unos médicos vestidos con batas, mascarillas y guantes blancos se apresuran a llegar al lugar.

—Adentro —Lilian me sujeta del brazo sin dejar de observar—. No querrás ver eso.

Pero sí que quiero verlo, la escena se me hace impresionante y por un minuto me pregunto de dónde abra salido este hombre, una persona que no habla, solo se arrastra mientras murmura incoherencias.

Los vecinos se apresuran a entrar en sus casas con el claro temor reflejado en sus rostros. Incluso Lilian intenta llevarme, pero mi cuerpo se resiste observando al sujeto con algo que va más allá de la pena, ya que mientras los policías lo sujetan el hombre no pone resistencia.

En un momento dado, sus ojos inyectados en sangre se unen con los míos conectando por una fracción de segundos, pero eso no es lo que me hace seguirle el paso a mi tía, lo es la manera en que sube las comisuras de sus labios formando así la sonrisa más retorcida y aterradora que he visto.

Logrando asustarme, por lo que entro a la casa presa del pánico. Comienzo a pensar que estas cosas no son solo rumores, esto va más allá de una simple desaparición o de una que otra muerte.

Las luces de la sala empiezan a parpadear y una de las bombillas suelta un sonido de electricidad antes de apagarse, dejando medio oscura la habitación.

EXTINCTIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora