Capitulo 9.

58 21 4
                                    

¡Bienvenidos a Cincinnati!

—¡Apresúrate o te quedarás sin puesto! —me grita Lilian entusiasmada.

La salida del pueblo está llena de personas despidiendo a sus hijos, algunas con rostro afligido mientras que otras más felices de lo normal, Katy se encuentra entre esos llenándole a Dina la cara de besos.

—Ay, mi bebé ya está grande —le dice con lágrimas en los ojos—, sabes que las puertas de mi casa siempre estarán abiertas, por si planeas venir de visita.

—Lo mismo va para ti —me sisea Lilian mientras me entrega la cartera.

Un mes pasará más rápido de lo que parece y lo único que pido es que Lilian y Katy se cuiden, también que no rompan a llorar como lo están haciendo las demás personas y entre esos algunos de los estudiantes seleccionados, ellos no se preocupan por ocultar las lágrimas.

Que poco profesional teniendo en cuenta que la primera impresión se toma desde el momento en que partimos, y Dina y yo somos expertas en mantener la imagen.

Dos camionetas blancas abren sus puertas y de estas sale el personal que nos dió asesoría en la reunión pasada. El señor Scott saca una lista del bolsillo de su traje gris con líneas azules, y por un momento me pregunto si él será el director del Sistema, ya que al parecer es quién siempre está a cargo de todo.

Él saca de la lista los nombres de los estudiantes y cada uno entrega su equipaje antes de ponerse cómodo en la camioneta. Nos dividimos entre los dos vehículos de diez estudiantes en cada uno, Dina es la única con demasiado equipaje.

Siento una punzada de remordimiento cuando nombran a Katherine Meyears y nadie responde, Dina me echa un vistazo rápido y luego de que tachan su nombre con un bolígrafo, mencionan el mío.

La emoción es palpable desde el momento en que avanzo, siento el ritmo de mis latidos acelerados como si estuviera apunto de irme a otro mundo, a explorar otra dimensión o algo parecido, y es que para los del pueblo ir a la Ciudad es un gran logro.

Entro a la camioneta y me impresiono con lo ostentoso que es todo, comenzando desde la comodidad de los asientos, los cuales están forrados de cuero original y luego el aire acondicionado, los vidrios ahumados son otra de las cosas que me impresionan, ya que desde adentro puedo ver todo a la perfección, pero los de afuera no me ven a mi.

Veo a Lilian acercarse y solo tengo que pulsar un botón para que la ventanilla baje, le hago señas con la mano hasta que da con mi puesto.

—¿Cómo te sientes, futura Científica? ¿Entusiasmada o nerviosa?

—Cómoda.

—Ya lo veo, todo es puro lujo ahí adentro, no dejes que eso te llene la cabeza. Por cierto —se saca un cepillo de dientes del bolsillo envuelto en una servilleta—, se te quedó el cepillo que te regale. Ya sé que allá te darán uno nuevo, pero llévalo como recuerdo.

Sonrío y tomo el cepillo como si fuera lo más preciado entre mis pertenencias. Oigo el cerrar de las puertas y veo a Dina sentarse al frente de mi con una sonrisa gigantesca en el rostro, ella no lleva equipaje y seguramente lo habrán guardado en otra parte, pero yo sí y por eso abrazo mi cartera mientras encienden el auto.

—¡Adiós, te quiero! —grita Lilian y Katy la acompaña— ¡Las queremos!

—¡Adopta un conejo bonito! —le recuerdo mientras avanzamos— ¡Bolita o Tomy!

La veo de pie junto a Katy, despidiéndonos con la mano hasta que la camioneta nos aleja de ellas. Me pongo cómoda en el asiento y recuesto la cabeza en una almohadilla en forma de U que estaba sobre este.

EXTINCTIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora