El Sistema.
A la mañana siguiente, despierto con el impacto del agua fría contra mi rostro. Me incorporo, toso y veo a mi compañero de habitación con un balde vacío entre las manos.—¡Buenos días bella durmiente! —Alan me arroja un conjunto de ropa sobre la cabeza y sonríe.
—¡¿Estás demente?! —le grito furiosa— ¡¿Cómo te atreves a mojarme!
Me arrojo sobre él, pero éste es más rápido al momento de tomar mi brazo e inmovilizarme dejándome de espalda contra su pecho y de cara con la pared.
—En el Sistema... —habla sobre mi oído— ...despertamos temprano, acostumbrate. Y agradece que haya sido yo quién te despierte y no un Superior, o alguien con mayor rango.
Me suelta sobre mi cama y yo me masajeo el brazo viendo el conjunto de ropa envuelto en un plástico transparente.
Ayer al entrar aquí, pensé que sería incómodo tener que dormir con un compañero hombre en lugar de compartir cabaña con una mujer. Pase la mayor parte de la noche despierta, pensando que tal vez Alan me revisaría la ropa o algo así, incluso me levanté en dos ocasiones para cerciorar de que estuviese dormido, y siento un poco de pena por mi desconfianza.
—Eso es tuyo —me dice—. Ve, midetelo y me dices si es de tu talla. ¡Muevete qué esperas! Pero antes date una ducha, apestas pueblerina.
Sale de la cabaña dejando tras de él un exquisito olor a perfume.
En el pueblo no teníamos estos perfumes fuertes, solo livianas fragancias que se iban con el viento tan rápido como soplaba, pero el olor me recuerda a los caros perfumes que usaba mi padre en Poala.
Entro al baño, me desago de la ropa ancha y vieja que traje del pueblo, levanto los brazos y me huelo discretamente las axilas...
«¡Que estúpida! ¿A qué huelen los pueblerinos?»
Dejo al descubierto lo que en realidad es un uniforme. Me encuentro con un conjunto finamente doblado y con olor a nuevo. Primero saco la bata, una larga y blanca bata que va combinada con un conjunto de pantalón y camisa negra.
Doy vueltas abrazada a la bata y me siento como una niña pequeña con un juguete nuevo, comparto la misma sensación de alegría. La ropa no hace más que emocionarme y me apresuro a bañarme para luego estrenarla.
Sonrío al ver lo bien que me luce el uniforme de Científica, el pantalón es ajustado y la camisa casi ni se nota con la bata, la cual me llega por debajo de las rodillas. Lo admiro, me admiro en el espejo mientras lo veo. «Es hermoso».
Utilizo las cremas y perfumes que me obsequiaron, son fragancias con olor a frutas.
—¿Lista? —Alan entra a la habitación quedándose de pie bajo el marco de la puerta— Creí que tendría que entrar y ver qué tanto hacías, aunque debo admitir que no me molestaría.
Mi animo decae un porcentaje al ver lo bien que le queda su uniforme. Tiene un pantalón oscuro combinado con una camisa negra de mangas largas, botas de combate y un cinturón con separadores en la cadera.
No me equivoque al asumir que entrena como Soldado.
—¿Prefieres de frente o necesitas otro angulo? —lentamente se da media vuelta como si estuviera modelando— ¿Así está mejor, me admiras bien desde ahí?
Reprimo una sonrisa y noto que en la parte trasera de sus botas hay una especie de bolsillo camuflajeado.
—Muy bien, basta de miradas perversas —se sienta sobre mi cama—. Por lo que veo, el uniforme no te queda tan mal, lo informaré para que te hagan llegar dos pares iguales. Ven, siéntate, hablemos un poco.
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EXTINCTION
Mystery / ThrillerUn pequeño pueblo aislado de la Gran Ciudad, se ve atacado por una serie de sucesos totalmente alarmantes. Cosas extrañas empiezan a suceder, las cuales llenan de miedo a los habitantes. Nadie nunca podría imaginar que los acontecimientos por los q...