Así sean simples teorías, no las voy a descartar.
Observo las vendas que envuelven mis muñecas, estiro las manos y hago una mueca al sentir el dolor que me recorre. Es viernes por la mañana, Lilian se fue a trabajar y yo como lo prometí, me encargo de limpiar la sala.
Todo está vuelto un desastre. No puedo dar un paso sin pisar los restos del televisor, los vidrios crujen bajo mis pies y se clavan en la suela de mis zapatos.
Diría que necesito controlarme, pero es la primera vez que me salgo de mis casillas, no es algo común que me desequilibre solo por oír la palabra «creador». Pero me gustaría evitar este tipo de situaciones.
Busco una emisora en la radio sin mucha interferencia ya que limpiar sin música no es muy propio de mi.
No he cruzado palabras con Lilian desde de anoche, y en parte agradezco que no me haya seguido con la intención de tocar el tema, no sería fácil tener que explicar que su sobrina se está volviendo loca.
Golden Boy de Bryce Fox suena por el pequeño aparato, el volumen es alto y hace que el sonido se mezcle con la interferencia. Limpio cada partícula de suciedad, muevo los sillones a las esquinas para quitar cualquier cosa filosa que haya quedado. Vidrios, cables y olor a quemado es lo único que mis sentidos captan.
Escucho golpes secos que se intercalan con el sonido de la música, bajo un poco el volumen y vuelvo nuevamente a oír cómo arrojan puñetazos a la puerta.
«Las personas se ponen de acuerdo para interrumpirme cuando estoy limpiando». Abro la puerta y ésta se me viene encima dejando caer a un hombre malherido sobre mis pies.
Suelto un chillido al ver al oficial Franco tirado sobre el suelo de madera.
Retrocedo varios pasos hasta tocar la pared. Su uniforme rasgado deja a la vista largos y profundos cortes por los que sale sangre. La saliva se me aliviana y empiezo a sentir la proximidad de una arcada, ya que reconozco el olor a podrido que desprende su cuerpo.
Es el mismo olor que desprendía mi vecina.
Me acerco a él con el corazón en la garganta, me pongo a su altura y volteo su cuerpo de manera en que pueda verle la cara. Tiene los ojos bañados en sangre, al igual que el uniforme, la cara, los brazos. ¿Acaso lo torturaron? El hombre se toma del cuello y a los pocos segundos empieza a convulsionar, al igual que hacían mis compañeros del instituto.
Grito por ayuda, pero nadie viene.
Pido internamente que alguien venga y se lo lleve, deseo que lo alejen de mi y me saquen de la cabeza su rostro lleno de rasguños.
De pronto se detiene, intenta hablar, pero de su boca solo salen susurros parecidos a balbuceos, palabras sin sentido que no logro entender, ni siquiera acercando mi oído a sus labios.
—Hu... corr...
Tose fluidos mezclados de saliva con sangre y me limpio con asco la cara de ellos.
—¡Auxilio! —grito mientras me levanto— ¡Ayúdenme, auxilio!
—Ve-te-te —me toma del brazo.
—¡Auxilio por favor!
—Shh-hh —los labios le tiemblan mientras se lleva los dedos de una mano a la boca. Hace una mueca de dolor y se araña el cuello dejándolo de un color rojo oscuro.
Aprovecho para pasar por encima de él e irme, correr lejos de aquí, correr lejos de él. Pero en un momento dado, me toma de la pierna con una fuerza impresionante para el estado en que se encuentra. Siento un escalofrío recorrer mi pierna al entrar en contacto con su fría mano.
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EXTINCTION
Mystery / ThrillerUn pequeño pueblo aislado de la Gran Ciudad, se ve atacado por una serie de sucesos totalmente alarmantes. Cosas extrañas empiezan a suceder, las cuales llenan de miedo a los habitantes. Nadie nunca podría imaginar que los acontecimientos por los q...