A veces suelo tener ese sueño, que aunque no es recurrente, está de cierta forma relacionado con los demás. Tengo la sensación como si todo este tiempo, hubiese estado en otro lugar.
De pronto, es como si esta ya no fuera mi vida... Todo ha cambiado tanto en dos años, que es imposible creer que alguna vez viví aquí.
A veces sueño con esa persona, ese hombre rubio, de altura casi extraordinaria, al cual no le puedo ver el rostro, pero oigo su voz lejana, sin poder entenderle ni una sola palabra.
No sé qué pasó conmigo estos dos años, donde estuve o por qué no recuerdo nada. Lo único que sé, es que aquí todos continuaron con sus vidas con o sin mi formando parte de ella.
***
—Pues vete a la mirada ¡¿Quieres?! —exclamó con rabia, antes de salir de la casa y dar un portazo.
Ya estaba harta de ese imbécil que se creía dueño de ella, que le quería controlar la vida, con quien hablaba, con quien se veía. ¡Qué no pudiera tener amigos! ¡¿Quién carajos se creía?! Quién diablos le había dicho que por ser su novio ¡¿Tenía derecho de decidir por ella?!
Tomó su celular al ver que estaba sonando, y atendió la llamada, llevándose un cigarrillo a los labios.
—No me vuelvas a llamar en mi puta vida ¿Lo oyes? ¡Ya no me molestes más! ¡Se acabó y ésta vez no pienso volver! ¡Enfermo! ¡Imbécil! —le gritó antes de cortar.
Se guardó el celular en el bolsillo de su pantalón, y buscó los cerillos para poder encender el cigarrillo. Frunció el ceño al ver tirado en medio de la calle algo negro, y por pura curiosidad, se acercó a él.
Soltó el humo suavemente, y lo empujó con la punta de su zapato, comprobando que era un libro.
—Las personas sucias siempre arrojando su mugre en la vía pública —pronunció molesta, tomándolo para dejarlo en un contenedor de basura, que había en la vereda de en frente.
Y la joven no llegó a dar ni tres pasos, cuando una halo de color lila la envolvió por completo, haciéndola desaparecer de allí.
Cerró los ojos por inercia, gritando de terror al sentir que todo se estaba moviendo a gran velocidad, mareándola. Hasta que se detuvo, de forma brusca, sintiendo que caía sobre algo helado.
Bajó las manos de su rostro, y observó aturdida que estaba en una especie de habitación de piedras, y frente a ella, había un muchacho rubio, que lucía igual de desconcertado de verla allí.
—¿Quién eres tú? Yo soy él que debe preguntar eso, cuando tú fuiste la que apareció en mi casa.
—Yo sólo tomé un libro, nada más, y de la nada, me trajo aquí —pronunció aturdida—. Ay no puede ser, ¿ese libro era una especie de portal?
El rubio frente a ella frunció el ceño, más desconcertado aún, y se puso de pie, haciendo que la muchacha se tirara hacia atrás, tropezando con sus propios pies, al ver lo alto que era.
Era enorme.
—¿Qué puta mierda eres tú? ¿U-Un gi-gigante? ¿Vas a comerme?
—¿Comerte? —preguntó con una sonrisa divertida—. Ni siquiera como carne. Soy un simple pintor —sonrió.
***
—Erika.
—No quiero hablar con nadie, ni ver a nadie —le dijo a su madre sin mirarla, dándole la espalda aún.
—Hija, yo en verdad quería decírtelo, pero no sabía cómo.
—Siento que estuve esperando todo este tiempo por un hombre que ya hizo su vida junto a otra mujer, mi propia hermana.
—Cariño.
—No, no quiero oír nada, sólo... Quisiera volver a dormir otro tiempo más, y esta vez, despertarme sin recuerdos de nadie. Estoy segura que esto no es lo que yo esperaba al volver.
—Erika, lo lamento mucho, hija, pero... El dolor de tu ausencia los unió, ellos jamás hubiesen deseado herirte. Tu hermana...
Se puso de pie, y dejó a su madre hablando sola. Parece que no entendía que no quería oír a más nadie. Y lo había estado pensando, quería irse de allí, a algún lugar lejano, donde pudiese comenzar su vida de nuevo.
Allí ya no había nada para ella.
.
.
.
"La vida sigue su curso, con o sin nosotros en ella. Y muchas veces, nada ocurre como lo deseamos, y nada puede llegar a ser como creíamos. Desperdiciamos oportunidades por "seguridad", cuando en realidad, nada es seguro."
FIN
.
.
.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
