Inseguridad es la palabra clave para resumir estos días. Han transcurrido varios días ya desde que Ana y Franky follaron en el portal. Días en los que Franky no ha dado más señales de vida que un par de mensajes por whatssap, y algún que otro tuit. Ni ha ido a la plaza, ni tampoco ha quedado con Ana. ¿Cual es la excusa? Realmente ninguna. No se ha escondido, y claramente le dijo a Ana que no hizo bien. Que se arrepiente un poco de lo que ocurrió en el portal, y que quiere pensar que hacer a partir de ahora. No es que vaya a cortar, pero tampoco que va a continuar. Tan solo es de estas ocasiones que la vida nos presenta, en las que nos abre varias puertas, y nosotros no sabemos cual es la que se nos cerrará en la cara, o si a caso la que elijamos será la correcta. Tal vez no lo sea, y se nos cierren todas las demás, y no nos quede más que una ventana para huir. Para salvar todo el desastre. Si os hablara de lo que el siente probablemente os tendría que empezar hablando por Áfrika, y seguramente tras pasar por Ana, volvería a terminar hablando de ella. Es de todos sabidos que hoy en día las redes sociales provocan que todos estemos más al tanto de lo que les ocurre a los demás. Y precisamente por una de ellas, por ask, Franky se ha enterado que Áfrika ya no sigue con Joel. Es algo que le alegra. Aún después de lo del partido, las cosas para él no han cambiado nada. Y es que pobre de nosotros, no somos los dueños de a quien decide amar nuestro corazón. Ojalá un botón para olvidar a las personas sin que duela. Ojalá pudiéramos controlar nuestros sentimientos, y decidir sin dolor alguno a quien decidimos amar, a quien olvidar, y a quien odiar. Es algo que se deja dislumbrar, como un breve destello, que aquel beso que le dio Ana a Franky delante de Áfrika había provocado en esta una rabia incontrolable. Hasta ahí bien, lo que no quedaba claro era el motivo de esa rabia. Ya fuera por celos, que es lo que deseaba Franky, o bien por pura impotencia de ver como el karma le daba en toda la cara todas sus putadas. Pero nos vamos a centrar en los celos. Si aquello había provocado celos sería porque Áfrika todavía sentía algo. Poco. Y puede que a su manera. Pero algo al fin y al cabo. También podría ser eso el motivo de la ruptura de ella y Joel. Pero Franky sabía que era mejor no fantasear, y dejar las cosas suceder. Que si fuera eso u otra cosa, con el tiempo se sabría. Que lo único que hasta ahora había dejado claro el tiempo era que no había conseguido olvidarla. Y que la seguía queriendo. Pero ahí entraba en juego Ana. Esa chica morena y dulce que soportaba toda la idiotez que arrastraba Franky últimamente. Estaba claro que le gustaba. Como también estaba claro que habían follado demasiado rápido. Os dejo un consejo, y no es otro que sepáis respetar los tiempos de una relación. Sabed actuar bien, que no es bueno echar toda la leña a la vez y deprisa a esa hoguera que llamamos amor. Que si lo hacéis acabaréis rápido con el fuego, y consumidos por la voracidad de este. Pero volviendo a nuestra historia, él sabía que no podía continuar así. Aquella chica no se merecia tal engaño. Y era algo injusto, porqué algo dentro de Franky le decía que aquella chica era la indicada para él. Puede que si ese destino cruel no hubiera puesto en su camino a Áfrika, ahora las cosas serían muy distintas. Tal vez él y Ana serían felices sin más. Pero para amar primero tienes que sufrir. No hay mejor maestro que un error, que nos enseña como debemos actuar. Y esta norma a la hora de amar no era una excepción. No era fácil llegar a una decisión, pero el optó por la más noble. Sabía que aun no estaba preparado para amar, y no era justo utilizar a Ana para olvidar a Áfrika. Así que lo mejor sería cortar, y que luego el destino o Dios le guiara por otro camino. Decidió ser justo y dar la cara, así que ese mismo día quedó con Ana en un parque cercano a la casa de ella, con la excusa de que tenían que hablar cosas importanes.
Franky llegó en moto, aunque fue antes de tiempo se encontró ya en el lugar a Ana. Casualidades del destino o no, todo aquello se parecía horriblemente a cuando lo dejó con Áfrika. Un parque, una ruptura, dolor, y muchas dudas. Al llegar hasta el banco donde estaba sentada Ana, Franky no dijo ni “Hola". Se sentó algo apartado de ella, y sacó el móvil. Ana prefirió guardar silencio hasta que él le dijera algo. Lo observaba de reojo, pero Franky parecía estar fuera de lugar. Pasados cinco minutos él ya se dignó a hablar.
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Destino por casualidad.
RomanceContinuación de mi anterior libro titulado "Gritándole al silencio." En esta ocasión Franky se enfrenta a intentar recuperar la rutina que tenía antes de su relación fallida con Áfrika. Celos, nuevos romances, viejos amigos, y un pasado que no consi...