Capítulo 9.

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Insomnio. Así se puede definir perfectamente las horas que han transcurrido desde que Áfrika le anunció la traición del que él creía que era su mejor amigo. Una noche entera sin dormir, porque los recuerdos gritaban cosas tan feas que era imposible conciliar el sueño. ¿Porque todo siempre le tenía que salir tan mal? Apretaba las manos con rabia al pensar en lo odioso que era saber que su mejor amigo había mancillado el cuerpo de la que era su gran amor. Que traición tan fea es engañar a un amigo. Y más si de por medio se juega con el amor, como si de un juguete de usar y de tirar se tratase. Amistad. Algo tan grande y tan poco valorado. Pero supongo que ni los amigos son para toda la vida, y que todo con el tiempo se gasta, se consume, y se pierde. Dani no siempre había sido su mejor amigo. Otros antes habían ocupado ese lugar. Pero todos también habían acabado traicionando la confianza de Franky. Siempre por mentiras absurdas. Pero no de esta magnitud. Dani fue un amigo más de la plaza. Y os hablo de la época anterior a Áfrika. En aquel tiempo en el que Franky se enamoró por primera vez. Dani siempre se llevó genial con Franky, tenían un carácter muy parecido. Aunque se podría decir que Franky maduro, y Dani no lo hizo. Dani era alguien con quien salía de vez en cuando de fiesta, y con quien pasaba la mayoría de tardes en la plaza. Su amistad no llegaba ni a los 5 años. Muchos amigos de aquella plaza se fueron perdiendo con el tiempo. Hasta quedar muy poquitos. Así que los lazos entre ellos se fortalecieron con las pérdidas. Una de sus normas para evitar romper la amistad era algo tan simple como no tocar a las ex de los demás. Y en caso de querer hacerlo, pedir permiso. Pero Dani hizo caso omiso a todo esto. Ignorando por un leve rato de placer tantos años de amistad. Quizás todos seamos así de egoístas, y no seamos capaces de ver más allá de nuestro propio ombligo. Ignorando que en muchas ocasiones hacemos mucho daño al resto de personas, y que a su vez nos dolería tanto que fuéramos nosotros las victimas de tales actos. A estas alturas de la vida a Franky tan solo le quedaba pensar que lo suyo no era el amor, pero tampoco la amistad. Todo intento por mantener una relación con una persona acababa en dolor. La frustración e impotencia del momento le reconcomía por dentro. Quebrando su alma contra el suelo, como si de un vaso de cristal se tratase. Quizás ciego por tanta rabia excluyó a la otra culpable de todo. Áfrika fue la que quiso follar con Dani. Y no por amor, por hacer daño. Y a la vista está todo lo que hizo. Pero para él no era la principal culpable. Cosas del amor, que nos vuelve tan ciegos como gilipollas. Aun en su cabeza pensaba en la declaración indirecta de Áfrika. Sabía ya que ella no lo había olvidado. Que le quería. Quizás no como antes. Pero la llama de amor que creía extinta seguía ardiendo. Tal vez esta era la oportunidad de evitar que se apagase. Pero era inevitable pensar en un futuro inmediato con Áfrika sin recordar lo que hizo con Dani. Y sin pensar en lo odiosa que era Áfrika. ¿Como besar a alguien si sus besos te van a saber a otras bocas? Franky nunca fue una persona rencorosa y vengativa, pero el dolor cambia tanto a las personas. En esa noche tan larga dio a luz a una idea bastante perversa, y muy impropia de él. Si Áfrika se había follado a Dani, él se follaría a Esperanza. Al fin y al cabo Esperanza quiso hacerlo con él aun estando saliendo con Áfrika. Pudiera ser que si se lo pidiera su venganza se completaría. Pero esto era mejor planearlo para los próximos días. Lo que le importaba ahora es el día de hoy. Tras no dormir más de 4 horas seguidas, el sueño le vencía. Pero había cosas más importantes de las que encargarse. Franky tenía un grupo de whatssap con los compañeros de equipo. Equipo en el que también estaba Dani. Habían acordado quedar por la tarde para entrenar. Franky seguía con las heridas de la caída de la moto, pero estas ya no dolían. Así que podrían dejarle ejercitase sin muchas molestias. Decir tiene que el no iba a ir para entrenar, ya que su objetivo era Dani. Su corazón le decía que nada más llegar le debería de pegar un puñetazo a Dani. Pero él no era así con sus amigos. Aun después de la traición, no debía actuar de tal manera. Quizás fuera mejor sonsacar a Dani antes de cualquier acto. Que el mismo confesara lo que hizo. Aunque sabía que posiblemente su orgullo le venciera, y finalmente podría pegar a Dani. Sin más se dirigió al campo de fútbol. Era una tarde de otoño, y el frío ya apretaba algo. El viento se hacía notar, empujándo las nubes hasta encapotar el cielo. Caminaba a pasa lento, como si sus pasos le dijeran que era mejor no ir. Como si no quisieran ir a enfrentarse una vez más a las putadas que le daba esta vida. Al llegar saludó a todos sus compañeros. Menos a Dani, que hizo por saludarlo y fue ignorado con mucho descaro. La ausencia era la del entrenador, que era el encargado de llevar balones. Todos apreciaban el gesto torcido de Franky. Todos sabían que eso se debía a algo grave, por lo que mantenieron silencio en una extraña conversación. Testigos mudos de todo lo que iba a ocurrir.

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