Capítulo 1: Cambiando el rumbo

1.2K 33 1
                                    

-Los Ángeles, ¿California? -digo por tercera vez en cinco minutos.

-Eva, que si, Los Ángeles, California, donde vive tu tío Rodrigo con su familia -dice mi madre, como si yo fuera tonta y no supiese donde vive mi tío.

-¿Qué pinto yo en Los Ángeles, California, mamá?.

-Cariño, puedes dejar de repetir Los Ángeles, California, ya estoy lo suficiente nerviosa, lo hemos hablado quinientas veces -dice cerrando otra maleta sobre mi cama, la tercera y última ya-. Y puedes echarme una mano, ya de paso. ¿No quieres llevarte tus libros?.

-¡Mis libros! -me giro y miro mi preciosa estantería que tantas alegrías me ha dado durante toda mi vida. Ahí están reflejadas todas mis edades y etapas según he ido creciendo, ¿Cómo voy a escoger sólo unos pocos libros?.

-No pongas esa cara, si ya te los has leído todos -dice la buena de mi madre.

-Casi todos -apunto, con la cara ladeada, cojo los tres únicos libros que me faltan por leer, y la miro-. ¿Por qué no confías en mí?. Tengo diecisiete años, sé cuidar de mi misma y lo he demostrado, puedo quedarme en casa sola.

-Lo sé, pero no estaría tranquila sabiendo que estás sola, prefiero que estés con tu tío.

-Cruzando todo el país de Pennsylvania a California y cambiando toda mi vida... ¿Y qué hacemos con Freddy?, mi mejor amigo de toda la vida y mi novio desde hace dos años, ¿Te acuerdas?.

-Eva... ya lo hablamos, sólo será un año -dice en voz baja, mirando al suelo. Ajá, veo una grieta por donde colarme e intentar cambiar las cosas a mi favor y no voy a desaprovechar la oportunidad.

-En un año pueden cambiar muchas cosas... -ella no dice nada-. Está bien, sino puedo quedarme aquí, al menos, déjame ir con vosotros y estudiar en Londres.

-Eso sería lo ideal sino fuera porque vamos a estar viajando por media Europa durante todo el año.

-No puedo creer que... -me interrumpo cuando termino de girarme y veo su cara, nunca la había visto así, la tristeza y la duda asoman a sus ojos azules, más claros e ingenuos que los míos. Ella lo pasó tan mal cuando murió papá, fueron años que mejor no recordar, y ahora está tan feliz con su nuevo marido. Sólo me pide un año para poder seguirle a Europa donde su empresa le ha trasladado.

-Tienes razón, no es justo que cambies tu vida ahora que te va tan bien... tienes a tus amigos de toda la vida, a Freddy, no sé en que estaba pensando, yo...

-Mamá -trago la saliva que tenía atascada en la garganta-. Venga, no... no pasa nada, ya sabes como soy, sólo era un berrinche tonto, sólo... es... un año, no va a matarme cruzar el país y pasar un año en la soleada California... si Freddy me quiere tanto como dice, me esperará -me mira con atención a los ojos.

-No eres tan buena actriz, Eva.

-Bueno, ¿Y qué más da? -le agarro las manos-. Ya me he decidido, y sabes lo cabezona que puedo llegar a ser.

-¿Estás segura? -asiento, y me abraza.

Un claxon afuera interrumpe este momento justo antes de que alguna de eche a llorar.

-Freddy -meto los libros en mi mochila, y entre las dos llevamos las tres maletas al porche. Freddy se acerca y me da un corto beso en los labios.

-Señora Elisa -saluda a mi madre con un gesto de cabeza.

-Gracias por llevarla al aeropuerto, a mí no me deja llevarla -pongo los ojos en blanco dos segundos. Freddy y yo metemos las maletas y la mochila en el maletero.

Después de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora