Capítulo 10: Una estrella en mi jardín

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Despierto escuchando el ''Happy Birthday to you'' cantado por mis tíos y Sam.

Les aplaudo emocionada desde la cama. Me entran ganas de llorar y aparto las mantas para correr a abrazarlos uno a uno.

—¡Felicidades, Eva!, mira que tarta te hemos preparado Sam y yo —me dice Elena mostrando una tarta de chocolate y nata con pinta un poco regular que igualmente pienso comerme feliz.

—Y es literal, hemos estado un montón de tiempo leyendo las instrucciones para hacerla para ti —apostilla Sam.

—Receta, leyendo la receta —corrige su madre.

—Gracias, de verdad.

—Y esto —mi tio saca un pequeño estuche de su chaqueta—. Ha llegado directamente de Londres para ti.

—¡Mamá! —Abro el delicado estuche y cojo unos pequeños pendientes—. Son perlas —digo maravillada. Se me escapan unas lágrimas.

Me haces tanta falta, mamá.

—Hoy, nada de tristezas, te lo advierto —amenaza Samantha señalandome con su dedo índice.

Mi tío invita a la familia a comer a un famoso restaurante napolitano, con excepción de Hugo, al cual no he visto desde nuestro encuentro de ayer.

Me pasó la tarde con Sam y las chicas haciendo un recorrido de lo más divertido por Hollywood, haciéndonos multitud de fotos y subiéndolas a instagram, paseamos por Hollywood Boulevard, por alrededor del Grauman's Chinese Theatre. Nos hacemos fotos en El paseo de la fama con las huellas de estrellas famosas vivas o muertas: Tarantino, Los Beatles, Sissy Spacek (la prota de 'Carrie', la del 76, no la del remake) etc.

Una tarde de ensueño, siempre había querido visitar estos sitios que sólo había visto en el cine y ahora puedo decir que yo he estado ahí. Es que soy casi la persona más feliz de la tierra en este momento. Casi.

En verdad no necesito ninguna fiesta, esto es ya genial así tal cual, pero a Sam le daría un síncope si le dijera que no, le hace casi más ilusión que a mí.

Las chicas me invitan a cenar en un restaurante que saben que me va a encantar y así ocurre; estoy en una nube con el día de hoy.

Anaju, Anne y Mai se despiden nuestra y parten en el coche de Anaju hacia sus casas para arreglarse para la fiesta, mi fiesta, que nervios.

Sam, Sofía y yo vamos derechas a casa para arreglarnos juntas. Cuando estamos llegando a casa, me vendan los ojos.

—Me estoy poniendo atacada, chicas, espero que me hayáis hecho caso cuando dije que sólo invitaseis a los más allegados... espero.

—Claro que si, yo nunca miento, además, aún no han llegado los invitados, lo que ocurre es que no queremos que veas la decoración —dice Sam.

—Así que ahora subiremos a tu habitación —interviviene Sofía—. Con cuidado, viene el primer escalón —entre Sam y ella me ayudan a subir las escaleras y llegar a mi habitación, una vez allí, me quitan la venda.

Las chicas me han maquillado y ondulado el pelo. Me miro en mi espejo de cuerpo entero, y realmente, me veo guapísima, y no soy para nada de esas personas pagadas de sí mismas, al contrario; llevó un vestido de alta costura color negro y largo, con una abertura en la pierna y escote cruzado al cuello.

—¡Estás preciosa! —dice Sofía.

—Gracias —le doy un beso en la mejilla.

—Ponte las perlas de tu madre —pide Sam. Abro el estuche y me pongo los pendientes con cuidado; obviamente, hoy no podría llevar otra cosa, necesito sentir a mi madre cerca.

Después de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora