Capítulo 13: Eso que me das

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Hugo y yo llevamos dos semanas saliendo, y a pesar de mis temores e inseguridades, nos va de fábula.

Fábula = a entendernos, comprendernos, apoyarnos, pasar tiempo juntos contándonos todo, conociendo nuestros secretos y sueños.

Hugo tiene un fondo al que cuesta mucho acceder, poco a poco voy atravesando más capas y conociendo más de su interior, esa parte de su alma, de su ser, que no ha mostrado a nadie más, jamás.

De alguna surrealista manera esperaba que el mundo se pusiera patas arriba y del revés, yo que sé, no veía posible que dos personas tan opuestas como nosotros pudiesen estar juntas, pero el corazón quiere lo que quiere.

Ósea, se nos nota neófitos en esto del amor, pero, ¿Qué más da?, como nosotros siempre decimos, no somos típicos, llevamos nuestra relación a nuestra manera y nuestro propio ritmo.

Creo que estoy abusando mucho del ''nosotros''. Con Freddy no me pasaba en absoluto, esto hace que me pregunte si les pasará a todas las presonas enamoradas, que todo se reduce siempre al ''nosotros'' para todo.

Cambiando de tema. Aunque parezca increíble ni mi tío ni Elena se han enterado de nuestra relación. Estamos enfocados ya en la temible conversación que tendremos con ellos en breve, pase lo que pase, tenemos claro que no nos vamos a separar por nada ni nadie.

-Les he invitado mañana a cenar al restaurante favorito de mi madre -me dice Hugo, refiriéndose a su madre y mi tio, mientras aprovechando mi descanso sentados en una de las mesas de Boulevard-. Se lo explicaremos y lo tendrán que entender.

-No conozco mucho a tu madre, pero mi tío es bastante convencional y tradicional, no sé yo hasta que punto le hará gracia que seamos pareja y convivamos bajo el mismo techo.

-No puso reparos con Freddy.

-Eran unos días, además, Freddy era mi pareja de años, una pareja estable.

-Y tan estable... -le palmeó el brazo-. En serio, tu tío siempre nos ha dado libertad, es verdad que no le hace gracia que traigamos a nadie a dormir, pero sabe de los fiestones que montamos aquí, en su casa.

-Conmigo siempre ha sido muy protector, pero, ¿Quién sabe?, tal vez haya cambiado en este aspecto.

°°°

Pasó el día siguiente de los nervios, apenas desayuno para lo que soy yo con las comidas.

Después de las clases, voy con las chicas al club de tenis. Sam adora jugar, puede pasarse días enteros entrenando, y amenudo compite de forma amistosa con sus compañeras.

Después de verla sudar dos horas en la cancha, y esperar a que se duche, nos vamos todas a la cafetería.

-Hoy vamos a tener jarana, verás -me dice la rubia.

-No me ayudas, Sam -le digo.

-Es lo que pienso, pero ojalá me equivoque... y venga, vamos a cambiar de tema y ser positivas.

-Ahora...

Si ya estaba nerviosa, ahora estoy histérica. Mi tío es mi referente paterno desde que perdí a papá, lo último que quiero es que se enfade conmigo.

Sé como es, sé que se pasa de protector conmigo y me protege en exceso, siempre lo ha hecho.

Cuando se enteró que tenía novio formal, organizó una cena con los padres de Freddy ''para dejar las cosas claras'', y no importaron mis súplicas.

HUGO

Estoy nervioso. Antes de Eva jamás pasaba nervios por nada, sabía controlarme y mantener a raya mis emociones, pero sólo es otra de las muchas cosas que han cambiado esos ojos azules en mi vida.

Después de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora