Capítulo 11: La casa por el tejado

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Miro el reloj por milésima vez, si, estoy atacada de los nervios, cosa que tampoco es de por sí muy difícil de conseguir que digamos.

tic, tac, tic, tac

Ahhhh Voy enloquecer!, sólo quedan quince minutos y me reuniré con Hugo.

Veinte minutos después, camino hacía el citado último árbol del campus, una vez allí, me siento, apoyo mi espalda al tronco y espero la llegada de Hugo.

El tiempo comienza a pasar y no aparece por ningún sitio, ya me estoy empezando a preocupar, desconfiar... a lo que sea, pero nada bueno.

Es entonces cuando miro para arriba suspirando y algo llama mi atención. Me pongo en pie y veo que se trata de otro pájaro de papel, está atrapado entre las ramas. Me va a tocar subir hasta ahí, no es que esté super alto, pero al ser bajita me va a costar lo mío y lo de mi prima.

Al final con más facilidad de la esperada, me hago con el ansiado pájaro de papel, y una vez abajo, lo deshago y lo leo atentamente:

''¡Hola niñata!, Ayer te dije que me habías embrujado y es cierto, no sé que cojones me has hecho, niña, lo has cambiado todo, todo, después de ti ya no puedo ver la vida de la misma manera ni sé estar en ella sin verte (aunque no me hables) y sin estar cerca de ti (aunque no me mires). Tú le das sentido a todo, y tengo miedo, ¡Joder!, estoy acojonado, acojonado por primera vez en mi vida. He intentado olvidarme de ti... y he fracasado...

Sé que me has dicho de ir despacio, poco a poco, y hacer las cosas bien, lo respeto aunque me pueda la impaciencia, lo último que quiero es cagarla contigo.

Tú y yo, nos hemos... pillado, por no decir otra cosa (sabes que si) sin conocernos, o igual si nos conocemos, pero a nuestra manera. Hemos empezado la casa por el tejado, y ya va siendo hora de empezar a construir los cimientos, ¿No te parece?.

Yo espero que si. Sé que hoy no trabajas, así que espero que quieras reunirte conmigo en la playa donde estuvimos aquella vez a las 20h y te cuento la historia del collar.

¡Nos vemos!.

Hugo.

Pego la carta a mí pecho. Se me había olvidado completamente la historia del collar, mi mente y mi corazón están abrumados por tantas emociones.

Lo que nos está pasando no sólo es nuevo para Hugo, yo nunca había vivido algo así, jamás, no se parece en nada a mi relación con Freddy, ahora entiendo que nunca estuve enamorada de él, él no despertaba en mí está locura, esta ternura y a la vez está pasión, estas malditas ganas de ser uno con alguien... estos sentimientos tan intensos y que tanto miedo y vértigo causan...

Decido ir sencilla que es como mejor me siento, mis mini shorts, mi top azul, los aros que me regaló Sam, y una coleta alta.

Aparco a ''mi feo'' y me apeo, camino por la playa hasta que veo a Hugo. Confieso que me desilusiona un poco no ver ninguna sorpresa... ya me imaginaba un mantel y una cena romántica, pero él mismo dijo que no sabe de romanticismo, y bueno, es verdad que le pedí ir despacito.

-¡Hola! -digo, y ya me sube la calor a las mejillas

Que tontita me pone ayy.

Si al menos no me mirase como lo hace.

-¡Hola, Eva! -suspira-. ¿Te apetece dar una vuelta por la orilla?. -dice con esa enorme sonrisa suya que hace que se le ilumine toda la cara.

-Claro -me quito las bambas.

-¿Qué te ha parecido mi carta?, es la primera que escribo en mi vida -dice mirando unos segundos la arena clara.

-ehhh pues bien... me ha gustado... mucho.

Después de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora