El frío azotaba su cara por lo que se subió más la gruesa bufanda que llevaba en su cuello. La última semana no había parado de nevar en ningún momento formando una blanca alfombra que cubría las calles y techos de las casa de Konoha y haciendo que la temperatura estuviese más baja que en años anteriores. Apresuró el paso para llegar pronto a su casa, iba un poco atrasado y de seguro su hermano menor estaría muy preocupado esperándolo allí. Se detuvo al sentir que algo tiraba de su abrigo, se volteó extrañado y pudo ver a un pequeño niño de profundos ojos azules que lo miraba suplicante.
– Señor ¿Tiene algo para comer?- preguntó con un hilillo de voz. Se fijo en que el pequeño sólo llevaba una camiseta manga corta y un pantalón a media pierna e iba descalzo a pesar del frío que hacía –Es que tengo mucha hambre...- su vocecita retumbó en sus oídos y su corazón se encogió al verlo en ese estado tan deprimente.
– No tengo nada conmigo- dijo sacándose su abrigo y envolviendo al niño con él – ¿Cómo te llamas?
– No sé- dijo asomando su rubia cabeza por los pliegues del abrigo. Se quedó mirando al pequeño, que seguro tendría unos siete años, la misma edad de su hermano menor.
– Si quieres comer puedes ir a mi casa- le ofreció con una voz tierna. El niño lo miró aterrado, acto que lo preocupó – ¿Qué sucede?
– ¿Usted no es de esos hombres malos?- preguntó inocentemente.
– No, no te preocupes- sonrió para tranquilizarlo- ¿Y tus padres?
– No sé...
– ¿Dónde vives entonces?
– Aquí, en la calle- eso fue lo último que deseó escuchar de él, había empezado a nevar más fuerte. Lo cogió entre sus brazos y se fue corriendo a su hogar.
Al llegar a su casa abrió la puerta, bajando al niño que llevaba consigo. El chico miró sorprendido a todas partes, la casa era realmente grande y había un calorcito propio de una chimenea por lo que se quitó el abrigo sintiendo así una tibieza agradable en sus pies desnudos.
– Nii-san, ¿Eres tú?- la voz de otro niño se escuchó desde uno de los pasillos.
– Sí Sasuke, soy yo- respondió él. Pronto apareció un muchachito de cabellos negros y ojitos rasgados del mismo color.
– ¿Quién es él?- preguntó refiriéndose al pequeño rubio que lo miraba interrogante, como si nunca hubiese visto otro niño en su vida.
– Creo que es huérfano- respondió mirándolo de reojo –Estaba en la calle, dijo que tenía hambre y no podía dejarlo allá afuera botado, con el frío que hacía- le explicó a Sasuke.
– Ah, hola- se acercó al chico – ¿Cómo te llamas?
– No lo sé, no tengo nombre- se volteó para mirar al mayor –Señor, ¿Usted como se llama?
– Soy Uchiha Itachi y él...- apuntó al pequeño pelinegro –Es mi hermanito Sasuke, ven, vamos a comer algo, pero primero te lavas las manos y... creo que la ropa de Sasuke te quedaría bien.
Luego de lavarse las manitas y su carita, Itachi le sirvió un gran tazón de ramen -puesto que era lo más fácil y rápido de preparar- que comió encantado.
– Te llamarás...- comenzó pensando en un nombre para el pequeño, en eso se fijó la mirada en los fideos de la sopa –Naruto.
– ¿Se quedará aquí?- preguntó Sasuke llevando un suéter para el rubito.
– Sí, sería una crueldad dejarlo en la calle.
– ¿Será como nuestro hermano?- preguntó mirándolo mientras comía su tercer plato de comida.
ESTÁS LEYENDO
Recogido (sasunaru)
FanfictionTienes que obedecer, cumplir cuanto capricho se me ocurra y complacerme cuando sea necesario. Es lo menos que puedes hacer por mí, Naruto, después de todo siempre serás un recogido... SasuNaru.