– Soy Gaara- se presentó el chico pelirrojo estirando la mano.
– Soy Sasuke, él es Naruto- respondió más rápido el pelinegro, se volteó y rápidamente condujo al rubio hasta su habitación sin decir más.
– ¿Qué es lo que te pasa?- preguntó Naruto algo molesto al entrar.
– Nada, que de ahora en adelante no saldrás de la habitación a menos que estés conmigo, ¿te queda claro?
Y Naruto lo miró como si no entendiera lo que le estaba diciendo – ¿Qué?
– Ya me oíste, no saldrás de aquí a menos que estés conmigo.
– Pero, ¿por qué?
– Naruto, tú sólo hazme caso- algo en su interior le decía que la mirada que le dirigía ese tal Gaara a Naruto, no eran nada bueno.
– Pero... yo no me puedo quedar todo el día encerrado en esta habitación.
– Podrás salir cuando yo esté contigo, ya te lo dije.
– Eso es estúpido- murmuró enfadado y bajando la cabeza.
– No vengas a hacerte el enojado ahora- le susurró levantándole el rostro para mirarlo directamente a los ojos –Tú limítate a obedecerme que por algo te lo estoy diciendo- le dio un rápido beso en los labios y se giró para salir del cuarto.
– ¿A dónde vas?- preguntó alarmado el rubio ¿acaso iba a salir? ¿Tan pronto ya lo iba a dejar solo?
– Tengo que solucionar unos problemas. Tú no te muevas de aquí hasta que vuelva ¿entendiste?- y sin esperar alguna respuesta, salió cerrando la puerta.
– ¡Sasuke!- exclamó para que no lo dejara allí – ¡Espera! Yo aún no...- y se quedó callado al oír que le echaba llave a la cerradura.
– Nos vemos más tarde- oyó la voz amortiguada del Uchiha desde el otro lado.
– No, espera...- buscó rápidamente una excusa en su mente para que no lo dejaran encerrado – ¡Aún no he desayunado!
– Ah~ ahí dentro hay una bandeja con tu desayuno- y escuchó unos pasos que se alejaban.
Naruto se dejó caer al suelo. ¿Cuál era la ganancia de todo eso? ¿Salía de la casa de Itachi para dejar de ser acosado por los otros dos y llegaba aquí para permanecer enclaustrado? Sintió que sus ojos comenzaban a hacerse acuosos, pero rápidamente se enjugó las lágrimas, él se juró que no iba a llorar más, nunca más.
Se levantó y fue a mirar el desayuno que le había dejado Sasuke; un tazón de leche chocolatada, un cuenco con cereales, tres tostadas con mermelada, un paquete de galletas, una manzana, además de una notita y una flor anaranjada, en la cual estaba enredado el cascabel. Naruto no pudo evitar sonreí, ¿por qué Sasuke lo trataba de esa forma tan contradictoria? Tomó el cascabel y lo puso alrededor de su cuello y luego cogió la notita que estaba junto a la flor, para leerla
"De ayer que no comes bien, así que te lo comes todo, usuratonkachi".
No había duda que era de Sasuke. Se sentó sobre la cama para empezar a devorar todo lo que le habían dejado; era verdad que estaba hambriento. Una vez que se hubo comido todo se encontró desocupado, no sabía que hacer o en qué entretenerse; si hubiese estado en la otra casa debería haber estado preocupándose de preparar la comida.
Se tendió sobre la cama mirando el techo y pensando. A esa hora ya Itachi se había enterado que no estaban en casa, no evitó pensar en qué es lo que estaría haciendo... quizá estaría planeando ir a buscarlo y muy probablemente hubiera "castigado" a Sai por los problemas que ocasionó, no lo evitó y rió ante ese pensamiento. ¿A qué hora volvería Sasuke? ¿A dónde había ido? ¿Qué era aquello que debía resolver? ¿Por qué lo había encerrado? Muchas preguntas llegaban a su mente pero a ninguna le encontraba respuesta.
ESTÁS LEYENDO
Recogido (sasunaru)
FanfictionTienes que obedecer, cumplir cuanto capricho se me ocurra y complacerme cuando sea necesario. Es lo menos que puedes hacer por mí, Naruto, después de todo siempre serás un recogido... SasuNaru.