capitulo 18

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– ¿Qué te parece que celebremos juntos?

– No, gracias- movió el brazo para soltarse, peor el Uchiha no lo iba a soltar tan fácilmente.

Y de un tirón lo dejo sentado en su regazo. – Mucho mejor, ¿sabías que te pareces algo a mi hermanito?- recorrió lentamente con sus dedos el rostro de Sai.

– Permiso- trató de levantarse, pero Itachi lo sostuvo por el rostro y le plantó un beso salvaje en los labios vaciándole el aire de los pulmones.

– ¿Cambia las cosas?- Preguntó con una sonrisa de superioridad, una vez se hubieron separado.

– Creo que si- esta vez el tomó el rostro del Uchiha y hundió su boca en la del contrario recorriéndola por completo y aferrándose a su cuerpo.

– Estás con ganas de jugar- las ansiosas manos de Itachi viajaron por el torso de Sai, debajo de su camiseta, hasta capturar con sus dedos uno de los pezones que se endurecieron al contacto de sus frías manos.

Sai gimió ante el contacto y en respuesta lo volvió a besar. Por su parte, el Uchiha, aceptó gustoso aquel beso y siguió con su tarea de torturar el pezón para luego pasar al otro y darle el mismo trato, con su mano libre bajó hasta la cremallera del pantalón del pelinegro con la intención de impacientarlo. Sai emitió un quejido de protesta y dirigió la mano de Itachi hacia su entrepierna.

– ¿Eso es lo quieres?- dijo sonriendo con malicia a la vez que hacía presión en aquella zona.

– Ah- un gemido escapó de los labios de Sai, éste sintió una punzada... se estaba entregando demasiado fácil. – No- dijo apartando la mano del Uchiha mayor y tratando de levantarse.

Por su lado, Itachi sonrió ante la oposición de su "amigo", pero le demostraría que era capaz de doblegarlo, así como lo había hecho tantas veces. De un tirón dejó a Sai bajo él y abrió su pantalón.

– Creo que después de algo como esto no te vas a negar- dijo al tiempo que tomaba el miembro del contrario y comenzaba a masajearlo lentamente. – Así está bien- le susurró al oído mientras mordía sin ningún cuidado su cuello.

Sai se mordió sus labios con fuerza evitando que cualquier sonido de placer saliera de su boca, no se dejaría hacer tan fácilmente, aun cuando aquellas caricias le estaban haciendo perder la razón.

– Su-suel... tame- logró decir apenas.

Itachi algo molesto, fue desvistiéndolo por completo, dominándolo con caricias cada vez que intentaba resistirse. Una vez que consiguió que permaneciera quieto lamió y mordisqueó la suave piel de las caderas del pelinegro, una vez que logró que aquella piel quedara enrojecida siguió bajando hasta la altura de los muslos y abrió por completo las piernas de Sai para poder lamer con facilidad aquella zona. Sai apretó con fuerza las manos y se mordió fuertemente los labios para no dar a entender que le estaba gustando... sabía que Itachi quería hacerlo suplicar.

El mayor de los Uchiha no se iba a dar por vencido, quería demostrarle que lo podía vencer y controlar a su antojo, se llevó su mano a su propia boca y empezó a ensalivar sus dedos mientras que con la otra continuaba con sus caricias sobre la, ahora, erección de Sai.

– ¡Ah!- un gemido tanto de dolor como de placer salió de la garganta de Sai; Itachi introdujo tres dedos, debidamente lubricados en su entrada al tiempo que se llevaba su miembro a la boca. Su respiración se agitó completamente y fue como si toda la sangre que estaba bombeando su corazón se fue directo a su hombría. Viendo como Sai caía rendido y sin dejar de mover sus dedos en el interior preguntó:

– ¿Quieres que continúe?

– Mm... Si...

Complacido, Itachi, sacó sus dedos del interior y alzó un poco la cadera del otro posicionando su miembro en la entrada. Se acercó para apoderándose de la boca del pelinegro a la vez que lo penetraba. El fuerte gemido que emitió fue acallado por el beso del Uchiha; sin dejar su boca empezó a marcarle un ritmo que iba aumentando poco a poco; Sai gemía descontrolado provocando que Itachi intensificara sus movimientos. Itachi bajó una de sus manos hacía el mimbro del pelinegro masajeándolo con rapidez, sin dejar de embestirlo. Con un par de movimientos más ambos llegaron al clímax respirando con dificultad.

Recogido  (sasunaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora