• ɪᴍ ʏᴏᴜʀ ᴘᴏɪsᴏɴ •

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Dentro de la comodidad de su casa, el azabache de lentes era sometido a un interrogatorio por parte de su mejor amigo y su hermano menor, éste último no se había separado de su lado ni había dejado de abrazarlo desde que llegaron a su hogar.

Entendía la preocupación de ambos, pero ahora mismo, su mente estaba burlándose de él, haciéndole sonrojar cada dos segundos en cuanto recordaba las palabras que le dijeron en el hospital, las cuales afirmaban que no había sido una alucinación, y que en efecto, su nuevo compañero, aquel despampanante rubio, lo llevó al hospital sin esperar recibir nada a cambio. Sin embargo, Changbin también cuestionaba el hecho de por qué Félix no permaneció allí a su lado o al menos hubiera llegado antes que Jisung y Minho.

Era la segunda vez que lo salvaba y ni siquiera le ha agradecido correctamente.

De repente un dolor se hizo presente en la parte posterior de su cabeza haciendo que se quejara y acariciara aquella zona para aliviar el dolor. Minho le había pegado.

—¡Ni siquiera me estás prestando atención, Seo Changbin!–regañó el castaño con una expresión fastidiada.

—Minho, ya te dije que estoy bien, si no fuera así no estaría aquí con ustedes–trató de calmarlo pero solo recibió otro leve golpe de parte del contrario.

—¿Cómo te atreves a estar tan relajado en esta situación? –volvió a reclamar colocando una mano en su cadera y la otra en su cara apretando levemente el puente de su nariz con sus dedos–¿Y si hubiese sido peor? Esos animales pudieron haberte matado. ¿Entiendes eso, Seo? ¡Matado!–guardó silencio y suspiró– No me lo habría perdonado si algo te pasara.–

—Minho hyung–lo llamó la dulce voz Jisung atrayendo la atención del aludido de inmediato –Deberíamos dejar que Binie hyung descanse y dejar de hacerle tantas preguntas–

—Pero, Jisung...–fue interrumpido por un golpeteo en la puerta.

Todos quedaron paralizados en sus lugares por un segundo, Changbin aguantó la respiración sin saber muy bien el por qué, un segundo después la puerta de su hogar volvió a ser golpeada ésta vez más fuerte alertando a los presentes.

—¿Esperamos a alguien?–cuestionó casi temblando el menor.

—No que yo sepa, no invité a nadie y le avise de antemano a mis padres que me quedaría aquí–murmuró Minho poniéndose alerta. ¿Qué tal y si eran Mingyu y su grupito de imbéciles?

—Tranquilos, se irá si no atendemos–habló inseguro el Seo mayor.

Francamente los tres esperaban aquello, pero aquel "visitante" no dejaba de tocar la puerta. Se sentían como en una película de terror pues repentinamente una lluvia se desató en ese momento preocupando al de lentes, sin importar quién fuese esa persona, no merecía ser dejado bajo la lluvia. Así que indeciso se levantó de su lugar dejando a su hermanito con su mejor amigo, quién gustoso recibió al menor en sus brazos.

Con pasos temblorosos se acercó a la puerta para abrirla de par en par, encontrándose con su salvador completamente empapado por la lluvia y con una expresión de enfado y preocupación que descolocó al contrario.

—Changbin...–dijo con voz firme y ronca el rubio, soltando un suspiro de alivio y sin poder evitarlo abrazó al azabache por los hombros midiendo su fuerza para no lastimarlo. Changbin se sonrojó por aquella acción, sintiendo a su vez como sus  cuerpos se rozaban.

El aroma del humano hizo que la sed de sangre comenzaba a invadir los sentidos de Lee Félix, porque la sangre de su destinado era la más atrayente y exuberante para él. Sin embargo, tomó bocanadas disimuladas de aire, aunque no lo necesitase, buscando calmar su instinto.

☽⋆--𓆩ˈˈ𝐎𝐔𝐑 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃ˈˈ𓆪 ━ ‹ 𝐋𝐈𝐗B̸𝐈𝗡 ›--⋆☾ (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora