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Sonidos retumbantes, sollozos, latidos acelerados que resonaban perfectamente en los oídos de aquellas personas, oscuridad y el inconfundible aroma a sangre invadía aquel frío almacén.

Quién presenciara aquella escena seguramente sentiría su piel erizarse en cuestión de segundos.

La luz tenue de la luna y el susurro sordo de el viento arrullaba aquella noche. Probablemente serían las 2 a.m y aúnque los gritos aterrados y suplicantes cortaban la paz, como una filosa cuchilla rebanando la más tierna manzana, el hombre sólo sonrió felizmente, como si fuera un niño viendo un juguete que deseaba tener.

—Líder, estos son todos...–se inclinó ante la poderosa presencia del hombre que ni siquiera le miraba–Esperamos sus órdenes, mi señor.–

—Maravilloso Taemin, gracias por el duro trabajo–señaló con auténtica felicidad.

De las vigas que estaban fuertemente unidas al techo del almacén, varias cuerdas eran colgadas, exactamente 45 personas estaban atadas de manos, sus cuerpos apenas tocaban el suelo.

Una nueva carga. Traficar cocaína y armas era un buen negocio, sin embargo, el tráfico de seres humanos era las grandes ligas para cualquier persona que estuviera en el crudo mundo de la mafia; algunos simplemente no tenían las suficientes agallas para traficar personas, la inteligencia y la audacia eran el ingrediente clave para llevar a cabo tales actos.

Para Lee Jongsuk, una persona que se limitara al riesgo y al éxito era un simple ejemplo de la vulnerabilidad de la mente humana; pensaba que al menos criaturas tan susceptibles como los humanos podían al menos usar su inagotable avaricia para obtener todo lo que quisieran. Pese a aquello, tenían algo que era como el botón rojo de algún interruptor, aquel que originalmente imaginó que tenía escrito en grande "stop", y en los humanos, el miedo era ese botón de detenimiento.

Por eso, los humanos no deberían gobernar. Tan limitantes y estúpidos seres llenos de innumerables defectos; errores y catástrofes ocurrían bajo sus manos, y con el tiempo se volvió más de lo mismo. Humanos imbéciles cegados por el poder y la avaricia. Era repugnante.

Jongsuk miró con una dura y oscura expresión a todos los humanos suplicantes frente a él. Los odiaba; de no ser porque la sangre de los mismos mantenía a su especie con vida, simplemente serían unas cucharadas inservibles. Por supuesto, él debía obedecer el reglamento que sus antecesores dictaron hace milenios, gracias a esas reglas hubieron ciertos límites entre distintas razas, tanto Vampiros, como lobos y humanos debían tener una armonía para subsistir. Aunque Lee Jongsuk se negaba frenéticamente a aceptar algunas de esas reglas, sin embargo, estaba de acuerdo con la que prohibía expresamente relacionarse más allá de un puro deseo de alimentarse con algún ser humano.

Esa sin duda, era la mejor de las reglas.

Ni siquiera podía imaginar aquella aberración, un humano y un vampiro. Que ridículo, nadie en su sano juicio debería atreverse a desafiar las leyes de la naturaleza. Él agradecía que en su Clan no hubiese ese tipo de cosas, no, no podía haber nada así. Aunque las leyes estaban establecidas por los antiguos Vampiros, conocidos como los "sabios"; habían quiénes sin miedo rompían todas las reglas. Jongsuk no sabía si quiénes lo hacían eran muy valientes o muy estúpidos, sin embargo, se inclinaba más a la segunda opción.

—Mi señor, ¿Qué debemos hacer?–preguntó aquel rubio. Lee Taemin, su mano derecha y fiel aprendiz. Jongsuk sentía cierta empatía por el joven, quién le seguía ciegamente sin dudar de las decisiones de su líder.

—La luna roja está cerca... Ésta solo ocurre cada 500 años, y para nuestra fortuna, podremos experimentarla–empezó a decir sonriendo. Su porte tan elegante e imponente, con una fuerza y persistencia como un majestuoso caballo salvaje pero tan insensible y atemorizante como un bloque del más duro hielo.– He estado pensando en una gran celebración... Quiero que esa noche sea inolvidable para todos nosotros. Cómo sabrán, la luna roja es un evento importante para nuestra especie y la de los licántropos. Esa noche, podremos cazar libremente, nuestros instintos estarán a flor de piel y seremos incontrolables. Podremos ser libres de casar y matar a gusto–se giró encarando a sus fieles integrantes del Clan, ignorando por completo los gritos y llantos desesperados de las personas atadas a su espalda– Será una noche interesante y confío en que darán su mejor esfuerzo... También deseo que mi hijo y sucesor pueda aprender correctamente cómo debe cazar a la víctima.–

☽⋆--𓆩ˈˈ𝐎𝐔𝐑 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃ˈˈ𓆪 ━ ‹ 𝐋𝐈𝐗B̸𝐈𝗡 ›--⋆☾ (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora