13.

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«Oye tu. Atrévete a decirme una vez más Hyung e iré y te golpeare. O te tirare una cacheta.

¡Sé que no sé quién eres, pero lo hare! Mi intento me lo dirá. Y si tengo que golpear a todo el equipo de básquet, pues lo hare. Se que estar por ahí así que no te salvaras de mi enojo.

¡No me gusto que me digas así! Es raro. Me haces recordar lo viejo que estoy. No me gusta. Es raro. Aunque ya me vi acostumbrado. Dicen que una característica básica del ser humano es su gran capacidad de adecuarse a los lugares. No tiene nada que ver, pero para que veas que no soy tan burro como puedo llegar a aparentar.

Pero bueno. Empecé esta carta de una manera muy impulsiva.

Hola admirador, aqui mi carta número dos. Espero que le guste mis castas habilidades en la escritura, enserio. Soy muy malo expresándome. Le debo estos pedazos de papel que al parecer le interesan mucho.

La verdad es que me sorprende mucho el que te dignes a hacer esto. Muchos cuando aman a una persona no se dignan a decirlo o hacer algo por el simple hecho de creer que no te hará caso. Eso me incluye. La lista de desamores no es muy larga, pero igual.

Nunca he tenido novio, sé que es cliché. El típico nerd que es introvertido, el cual no nunca en su vida a tenido un novio, con el popular que super conocido que por cosas del destino se llegan a enamorar. ¿Te suena? Si, siempre sucede. Pero esta es la vida real, aqui esos cuentos no se hacen realidad. Tal vez por eso me cierro y no acepto que esto si está pasando.

Pero wow, tu tomaste una muy linda iniciativa. Las cartas, jamás se me hubiera ocurrido. Tal vez si pensé eso de " quien es este idiota y por qué no usa un celular" Si se me paso por la cabeza. Podrías dejarme un mensaje en mi Facebook o talvez mandarme unos Tell.

Creo que eso sería más moderno, pero el que me mandes cartas no le quita lo lindo. Le da su toque. Me divierte intercambiar notas contigo. Mi madre me conto sobre que con uno de sus exnovios se solían mandar cartas. Era un amor juvenil. Ella lo llamaba su novio de las cartas. Por lo que le pareció sumamente adorable que me estés mandando cartas.

Ah sí, ella sabe de ti. No se lo quería contar, pero entro a mi cuarto y leyó tus cartas. Cuando llegue me pregunto quién eras. Dios no sabes la vergüenza que me hizo pasar. Ella sabe de mi orientación sexual. Me acepta tal y como soy. Es muy buena y muy compresible. AL igual que es muy moderna y tiene una mente bastante abierta. Le gusta fastidiarme con las cartas.

Dicen que la clave de una buena relación es ser abierto ante tus progenitores, yo lo soy con ella. Me comprende bastante, siempre quise tener una buena relación con ella. Mi padre trabaja bastante, viaja y esas cosas. Si lo veo. Él también sabe de mi sexualidad y lo acepta. Pero no le gusta hablar del tema. Tiene una razón. Siempre quisieron nietos y yo no sé lo podre dar. Eso en cierta parte me entristece.»

NamJoon mantuvo el silencio por uno segundo, apoyando su cabeza en el vidrio que vibraba por el movimiento de auto. Doblo el papel, mirándolo fijamente y sintiéndose envidioso de la buena relación familiar que habían narrado en aquella carta. Es que, hasta sus padres eran unas personas maravillosas. Enserio, no entendía cómo es que podía estar robándole oxígeno a una persona como Kim SeokJin.

Él era la clara imagen del significado perfección. Tenía todo lo que necesitaba. En él podía encontrar su segundo hogar en sus brazos. Un lugar donde sabía que estaría seguro.

Tenían tantas cosas en común, pero algunas en total desacuerdo. Pero igual él era feliz. Una vez escucho que, si uno no era perfecto, significaba que era real. Él lo dijo. Pero cada vez que lo veía, las imperfecciones se disolvían en el dulce de su corazón. Porque hasta lo que era una imperfección, lo veía jodidamente hermosos. Enserio, se sentía en los cielos. Tan solo una mirada y podía quedar embobado por toda una tarde.

Por su lado, él no tenia una relación tan unida con sus padres. Amaba a sus progenitores, siempre le dieron todo lo que necesitaba. Pero también le exigieron todo. Su madre andaba centrada en su mundo de administración y su padre en su mundo de informática. Desde que Kim habia logrado obtener la edad requerida, ósea los quince años, lo dejaron con una niñera. Pues decían que ya era hora de madurar y la adultez junto a la universidad se encontraban a la vuelta de su esquina.

Las actitudes infantiles y de niño era mal vista, muy criticadas. A su madre no le gustaba ver que NamJoon fingía ser un puerto. Cuando jugaba con su mascota de manera aniñada y volvía su voz más chillona, siempre llegaba el grito de su parte.

Lo mismo con su música. Si escuchaba un tipo de música, su madre le decía que no le agradaba y si escuchaba otra música, tampoco le gustaba. Su madre nunca estaba contenta con nada, por lo que NamJoon se obligó a cerrarse en su propia burbuja para ser feliz.

Su mundo era completamente distinto al de sus padres. Tal vez por eso en algún momento logro llegar a tener mal autoestima. Porque siempre uno es más vulnerable ante la palabra de tu padre. Por qué la gente que te critica, no importa, te proteges con un escudo, pero una crítica de tus progenitores duele mucho más que cualquier cosa.

NamJoon, opto por salir de sus pensamientos y guardo la carta en su mochila. Bajo del autobús, cruzando la calle para llegar al edificio que era correspondiendo a su academia. Mostro el libro que era correspondiente, permitiéndole la entrada al edificio, específicamente a la zona de estudio. Subió y toco dos veces la puesta ya cerrada, la clase al parecer ya habia empezado.

- Good night, Kim. You're late. - reclamo la sustituta de la profesora que habia llegado tres dias atrás.

- Good night. I'm so sorry for the late. I promise that never going to pass again. - entono en un perfecto inglés, acachando su cabeza para poder mirar a los ojos de maestra.

Luego de un ligero regaño, NamJoon suspiro, logrando entrar al aula, tomando asiento al lado de la chica con la que estaba compartiendo ciclo. Era una buena amiga y le ayudaba en todo lo que necesitaba. Este sobo su cabellera turquesa, sacándole la lengua.

- ¿Por qué tan tarde otra vez? - pregunto apoyándonos su mentón entre sus manos.

- Esto. - murmuro mostrando la carta recibida de SeokJin

- Please, ¡silence! - reclamo la profesora, callándolos de mala gana.

- Después de esto, vamos por un café y me cuentas cada detalle. - murmuro la de cabellos morados, mostrando una radiante sonrisa.

- Como digas JiMin. - la llamo por su nombre, recibiendo un golpe, pues a la joven le gustaba que le digan por su apodo. El joven rodo los ojos y saco una libreta para apuntar la gramática en su cuaderno.

𝐓𝐇𝐄 𝐏𝐑𝐈𝐍𝐂𝐄 𝐎𝐅 𝐘𝐎𝐔 𝐃𝐑𝐄𝐀𝐌𝐒 || 𝐍𝐉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora