CAPITULO 1

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Durante la dinastía Qin, bajo el mandato del Emperador del Dragón Qin Shi Huang, el noble señor Kim MinSeok ordenó que una caravana que portaba un regalo de gran valor emprendiera el peligroso viaje a la corte del General Jeon JungKook, gobernador de los estados de Yan y Qui, ya que estaba ansioso por ganar el favor del emperador y ocupar un puesto de importancia a su lado.

Si se sintió complacido o decepcionado de que los cortesanos y los soldados designados para tal empresa consiguieran llegar a la fortaleza de Jeon JungKook después de atravesar el territorio hostil que los separaba de su destino, se ha perdido con el paso del tiempo.

La historia sólo recoge que la caravana completó el viaje sin novedad y que, cuando las nuevas de su llegada fueron transmitidas al Genera Jeon JungKook, éste concedió una audiencia para recibir los regalos con la debida ceremonia siguiendo las costumbres de la época.

-¿Qué crees que Kim MinSeok habrá pensado que es un regalo apropiado,Jeon? -preguntó Kim Namjoon, que junto a JungKook se dirigía por los corredores del palacio a la sala de audiencias.
Jeon dejó escapar una carcajada desprovista de alegría

- ¡Querrás decir soborno!. Desea que el Hijo del Cielo se fije en él, y espera que yo le proporcione la ocasión.

-Eres un cínico -observó Namjoon

-Y gracias a eso aún respiro. - Jeon miró a su amigo con una sonrisa feroz.

Se detuvo delante de una puerta cubierta y los dos soldados de guardia enderezaron las lanzas para dejarles pasar. Permanecieron con rostros inescrutables, como si no oyeran los comentarios de los dos hombres.

-Veremos qué ingeniosas mentiras intentan venderme sus enviados - añadió.

Hizo un gesto con la cabeza y uno de los soldados separó la cortina dejando a la vista unas pesadas puertas de madera con goznes de hierro.

El soldado abrió la puerta sin hacer ruido y Jeon entró en la sala seguido por su amigo y consejero.

Desde detrás de unas suntuosas cortinas de damasco, apareció en una tarima que se alzaba sobre el resplandeciente suelo enlosado y se quedó de pie delante de los enviados.

Su figura, musculosa y fuerte, era imponente y su rostro, bien parecido pero curtido por el tiempo pasado en el campo de batalla, permanecía impasible mientras espera a que la comitiva se arrodillara y se inclinara reverencialmente ante su formidable presencia, su mirada permanecia fría.

Su expresión no cambió al descubrir la incongruente presencia de una esbelta y hermosa muchacha en medio de todos aquellos hombres y su mirada pasó por ella sin reflejar ni un ápice de interés.

Se sentó en su robusto trono, apoyó las manos en las rugientes cabezas de tigre talladas al final de los reposabrazos y esperó en silencio.

De forma premeditada y para añadir un insulto a los representantes de MinSeok, JungKook había decidido recibirles vestido con ropas toscas, más apropiadas para una batalla, incluso con su coraza de cuero y la espada al cinto.

La voz de Namjoon resonó en la sala anunciando su presencia.

- El representante imperial, gobernador de la provincia de Changchun, incluidos los estados de Yan y Qui; protector jurado del Hijo del Cielo, el emperador Shi Huang ; el General Jung Junkook se ha dignado recibir a los representantes de Kim MinSeok, señor de la provincia de Liaopeh. ¿Quién habla por MinSeok?

Uno de los cortesanos, que estaban vestidos de forma muy recargada, movió la cabeza arriba y abajo sin dejar de mirar su reflejo en el muy pulido suelo y contestó:

La Concubina del GeneralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora