Capitulo 18

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SeokJin había sido incapaz de comer. Su farol había permanecido apagado, como todos los demás de la plaza, pero una sensación de silenciosa anticipación le impendía leer un libro o distraerse con otra cosa.

Cuando oyó los pasos de Hoseok resonar en la escalera, volvió la cabeza hacia la puerta.

- Mi señor General y mi señor Kim Namjoon desean hablar contigo - anunció Hoseok - Abajo, en la sala de estar.

Jin palideció. Se preguntó qué asunto sería tan serio como para requerir la formalidad de un encuentro en la sala de estar. Nunca la usaba, la encontraba oscura y triste; la alcoba, con sus tonos amarillos, le resultaba más cómoda. A lo mejor Jeon pensaba que ahora que estaba bien no era apropiado recibir a Namjoon arriba.

Comprobó su maquillaje y tomó un abanico antes de bajar con Hobi a sus talones.

Cuando entró en la sala de estar, se puso de rodillas y se postró como era adecuado delante de Jeon. Después, aún de rodillas, se inclinó profundamente frente a Namjoon.

- Saludos, mis señores. ¿Deseáis tomar té?

- Puedes levantarte y sentarte... con nosotros – indicó Jungkook, como si apenas pudiera contenerse para decirle que se sentara a su lado. Parecía fascinado de verle de nuevo - Siempre olvido lo hermosa...

Jeon se detuvo de repente y miró a Nam que parecía estar muy ocupado examinando con atención los bordados de sus mangas.

Modestamente, Jin mantuvo los ojos bajos y se sentó en el borde de la silla manteniendo el abanico de manera que ocultaba su rostro de la mirada de Namjoon.

Nunca había recibido a ningún hombre aparte de Jungkook en su casa y no sabía muy bien qué implicaba aquella visita y cómo debía comportarse, a pesar de que Namjoon le había visto en su peor momento.

Los oráculos parecían haberle abandonado desde que había sido obligado a viajar a aquella tierra extranjera, pero de nuevo sentía el arrastre de la familiar sensación interna que los acompañaba.

No sabía lo que significaba, pero la excitación de recobrar su clarividencia era difícil de disimular mientras esperaba temblando a lo que los dos hombres tuvieran que decir. Namjoon empezó a hablar escogiendo las palabras cuidadosamente.

- Habéis debido oír que la segunda esposa Jennie ha iniciado su viaje al más allá donde los dioses sin duda le ayudarán a recibir la recompensa por sus hazañas y fechorías en esta vida.

SeokJin asintió sin decir palabra Jungkook añadió

-Su padre, Park JungMin, que vive en Henan, no se alegró cuando el mensajero le llevó las noticias de su muerte. No cree que Jennie se suicidara. Fue él quien hizo que el enlace fuera una cuestión política y con su muerte se siente libre de los términos del tratado.

-¿JungMin? –dijo Jin , sorprendido.

- Precisamente –confirmó Namjoon , que parecía satisfecho con su rápida comprensión - Es la provincia fronteriza a la de tu hermano.

- Kim SeokJin, ¿qué crees que hará tu hermano, MinSeok? – Jeon se inclinó hacia delante y le miró intensamente.

Jin dejó caer el abanico en el regazo.

- MinSeok intentará convencer a JungMin de que su resentimiento contra ti es una razón válida para ir a la guerra.
Le prometerá que le ayudará y una vez que JungMin haya comprometido sus fuerzas, esperará hasta que sea demasiado tarde para que se retire. Puede ayudarle como le había prometido o no, según sople el viento.

- Entonces coincides con nuestro juicio. – Jungkook se recostó en el asiento. Estaba claro que estaba pensando más en las eventualidades de una peligrosa invasión que en SeokJin.

La Concubina del GeneralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora