Capitulo 15

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Jung Hoseok se había entretenido en la cocina con uno de sus intercambios verbales con Rose después de bajar la bandeja de la comida.

SeokJin apenas la había tocado; atribuía su falta de apetito a los platos que habían servido. Al subir las escaleras, oyó gemidos de angustia procedentes de la habitación de la princesa.

Hoseok entró corriendo. La alcoba estaba vacía y encontró a Jin en el suelo del cuarto de baño. Alarmado, se inclinó sobre su figura.

—SeokJin, ¿qué pasa? Nunca te pones enferma. 

Le echó hacia atrás el pelo, que lo llevaba suelto, y empezó a trenzárselo rápidamente. Jin jadeaba sobre una palangana donde acababa de vaciar el contenido del estómago. Estaba helado, pero en la cara tenía mechones de pelo pegados por el sudor.

Sus entrañas se retorcían en agonía y estaba temblando de debilidad.

—Veneno — consiguió musitar— Hobi, tienes que llevar un mensaje a Jungkook.

—¿Crees que vendrá a verte?

—No a mí... Debe ir a ver... ¡A Luna!... ¡Se bebió... dos copas!... ¡Esa malvada...!

Le acometió otro retortijón y vomitó sin poder contenerse.

—¿Qué? ¿Qué ha pasado? ¿Quién ha envenenado a quién?

Agotado, Jin se desplomó en el suelo y apoyó la mejilla, que le ardía, sobre la piedra pulida.

—La... segunda esposa.. Jennie... Trajo... vino envenenado... a la reunión...Luna... bebió más que yo... Busca un médico...

—¡No puedes ver aquí al médico!

—¡Lo sé!... Debes ir... a por él... ¡Para que... vea a Luna!... ¡Díselo... a Jeon! ...¡O a Songhye ...Ella sabrá..

Volvió a tener arcadas.

 Hoseok se retorció las manos sin saber qué hacer. Siempre había tenido miedo de que un día necesitara un médico, lo que significaría la muerte de una manera u otra.  Si el mal que le afligía no acababa con SeokJin, el descubrimiento de su engaño seguramente produciría dificultades.

Hasta aquel momento había disfrutado de una salud excelente pero... SeokJin levantó la cabeza.

—Hyuk..., ¿por qué... te demoras?...¡Vete!... ¡No hay...  tiempo que ... perder! Luna no debe...

Otra vez cayó sin fuerzas al suelo.

 Hoseok vació la palangana, la enjuagó y la colocó otra vez cerca. Después le lavó la acalorada cara con un paño húmedo.

—Me voy, ¿me oyes? Me voy y volveré tan pronto como pueda.

SeokJin parecía haberse desmayado. A Hobi no le gustaba que se quedara de aquella manera, pero era necesario.  Además, y aunque le gustaba aún menos, decidió que tenía que cerrar con llave. Así que, por mucho ruido que hiciera presa de sus sufrimientos, los sirvientes no podrían entrar para ayudar a la princesa... ni descubrir su secreto.

Corrió escaleras abajo sin pensar en su propia dignidad, abrió de golpe la puerta de la casa y salió disparado.

Chocó contra la ancha figura de Jeon Jungkook y rebotó contra su solida forma.

—Hoseok, ¿qué pasa? —preguntó Jeon  alarmado.

—Mi Señor Jeon —dijo Hobi al tiempo que hacía una rápida reverencia — SeokJin está enferma pero no me atrevo a ir a buscar a un médico. Además, dice que la sexta esposa Luna ha sido envenenada. ¡Necesita un médico inmediatamente!  ¡Yo voy a volver con Jinnie y vos debéis buscar ayuda para Luna! ¡No hay tiempo que perder!  ¡Deprisa!.

La Concubina del GeneralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora