CAPÍTULO 9: Million reasons

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Todos se habían levantado hace un rato. Como de costumbre, prepararon el desayuno en la zona exterior para empezar a disfrutar de los rayos de sol de buena mañana. Pusieron un poco de música mientras empezaron a hacerle un interrogatorio a Lourdes. Querían saber todo lo que tenia que ver con Marina y lo que se traían entre manos. No tuvo problema en explicar el día anterior con todo lujo de detalles. Marina le gustaba y tenía intención de seguir conociéndola. Mateo comentó que seria una buena idea invitarla a ella y a sus amigos a comer y a disfrutar de la piscina algún día de esta semana, ya que recordó que Amelia los invitó a pasar las fiestas con ellos. Todos estuvieron de acuerdo y quedaron en que Lourdes sería la encargada de organizarlo.
Luisita estaba contenta. No veía el momento de poder pasar más rato con Amelia. Realmente creía que era una persona con muchas cosas que contar, y eso le generaba curiosidad. Pero de pronto, le entraron inseguridades. ¿Y si, dentro de su grupo de amigos, esta su pareja? ¿Y si, fui tan ridícula con ella que se piensa que soy un bicho raro? No sé por qué piensas en eso Luisita, se dijo a si misma.

Después de desayunar y hacer un rato el vago, decidieron ir a alguna playa que aun no conociesen. Pasaron allí gran parte del día. Sus únicas preocupaciones eran estar lo más morenos posibles y evitar que, al final del día, parecieran una gamba a causa de no haberse puesto la suficiente crema solar.

Amelia estaba esperando la llamada de Benigna para que le confirmara el día y la hora en la que tenia que presentarse para hacer la prueba. Esta no tardó en llegar y acordaron que lo harían el miércoles por la tarde. De pronto, le vinieron todos los nervios y las inseguridades. Quería estar a la altura. Quería ese puesto de trabajo fuese como fuese. Al colgar, miró el móvil. Hoy era lunes, por lo que aún tenía varios días para prepararse. Benigna le sugirió que se preparara canciones tanto en castellano como en inglés, ya que en la época veraniega la isla se llena de turistas, pero, antes de nada, quería avisar a sus amigos.

 Benigna le sugirió que se preparara canciones tanto en castellano como en inglés, ya que en la época veraniega la isla se llena de turistas, pero, antes de nada, quería avisar a sus amigos

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Bloqueó el móvil, cogió la guitarra y se fue a su pequeña terraza. Era el rincón perfecto para ensayar y empezó haciendo una lista de las canciones que creía que podrían encajar más en lo que Benigna buscaba. En ella apuntó canciones como "no saben de ti" de Andrés Suarez, "Copenhague" de Vetusta Morla, "Grita" de Jarabe de palo y alguna de Rozalén, como posibles opciones para cantar en castellano. Por otro lado, anotó canciones como "Always" de Bon Jovi, "The scientist" de Coldplay, "Free falling" de John Mayer o "Million reasons" de Lady Gaga. Decidió que estas serian las canciones que se prepararía y que, en el momento de la verdad, ya elegiría cuales tocaría.

Llegó el miércoles y Amelia invitó a comer a los demás a casa. Estaba nerviosa y sabia que estando con ellos conseguiría relajarse. Estaban cocinando cuando un móvil sonó. Era el de Marina.

- Chicos, era Lourdes. – dijo con una pequeña sonrisa. Me ha dicho que nos invitan a todos a su casa el viernes a la hora de comer. Como Amelia los invitó a las fiestas han pensado que seria guay conocernos todos antes y pasar un buen rato juntos. Le he dicho que os lo comentaría ahora y que en un rato le doy una respuesta.

- Por mi genial, el viernes no tengo nada que hacer – comentó Jesús.

- Genial! Encima dijiste que habían alquilado un casoplon para pasar el verano, ¿no? Seguro que lo pasaremos bien – exclamó esta vez Alfons.

- La verdad es que la casa era una pasada, sí. Es un dúplex y tiene de todo. Yo solo vi la piscina y el enorme porche, pero los chicos me comentaron que también tenían un billar o una mesa de ping – pong. Obvio que me apunto – fue el turno de Amelia y Ana también asintió.

- Genial, pues ahora le confirmo y le diré que nosotros nos encargamos de traer la bebida.

Pasadas un par de horas, Ana, Marina y Jesús tenían que irse a sus respectivos trabajos. Ana trabajaba en un hotel, Marina era la dueña de un bufete de abogados que heredó de su abuelo y Jesús era camarero de un bar.

- Se acerca la hora, ¿estás lista? – le preguntó Alfons una vez se habían quedado solos.

- Estoy nerviosa, pero a la vez tengo una adrenalina que no sabría como explicarte. Al fin y al cabo, voy allí a hacer lo que más me gusta, que es cantar, y ese es el motivo por el cual aún no se me ha salido el corazón del pecho. – le comentó mientras se ponía la mano en la zona del corazón.

- Yo estoy seguro de que le vas a encantar. Creo que vas con ventaja respecto a las demás personas que se presenten. A ti ya te ha oído cantar, y además, querida amiga, fue ella misma quien te dijo que vinieras a hacer la prueba. Eres una persona sencilla y con una bondad enorme, y eso lo transmites cantando. – Amelia no supo como contestar. Simplemente fue a abrazarlo y se refugió en sus brazos un rato.

Los dos amigos salieron de casa. La morena se subió al coche y condujo hasta el lugar donde se jugaría su futuro. Al llegar se encontró con un grupo formado por cinco o seis chicas que supuso que serían las demás aspirantes. Las saludó tímidamente y se puso los cascos con algo de música para calmar los nervios hasta que, minutos más tarde, apareció Benigna con otro señor que se presentó como Quintero y las acompañaron hasta la zona donde iban a cantar.
Fueron subiendo una a una hasta que le tocó a ella. Hasta entonces, había un par de chicas que lo habían hecho realmente mal. Una de ellas cantó "Yo perreo sola "de Bad Bunny y la otra se decantó por "Ave Maria" de Bisbal. No es que no le gustasen estas canciones, por que la verdad es que son dos auténticos temazos, pero no son adecuadas para cantar aquí. Luego subió otra chica joven que se arriesgó con Vanesa Martin y lo hizo bastante bien.
Finalmente, fue su turno. Se dirigió con su guitarra hasta el improvisado escenario y se presentó.

- Buenas tardes, mi nombre es Amelia y tengo 26 años. Llevo tocando desde que tengo uso de razón, pero nunca he podido dedicarme a ello. He estado a punto de tirar la toalla muchas veces, pero por suerte, nunca lo he hecho. Me he grabado a fuego la frase "los únicos limites son aquellos que tú mismo te pones", y por eso estoy aquí, aún no estoy dispuesta a ponerme ningún límite. – expiró hondo, colocó las manos encima de la guitarra y cerró los ojos. Había llegado el momento. Bajo la atenta mirada de los allí presentes, empezó a tocar las primeras notas, para, segundos más tarde, unirse con su voz. Versionó todas las canciones que cantó. Al estar ella sola con su guitarra, prefirió llevar las canciones a un terreno más acústico. A medida que avanzaba, se sentía fuerte y capaz de hacer lo que quisiera con su voz. En los momentos que la música cesaba, Amelia creía que serian capaces de escuchar el latido de su corazón. Podría decirse que la vida es eso que ocurre entre el primer y el último latido, y eso, es lo que estaba haciendo ahora, vivir.

Decidió poner punto y final a la audición con la canción de Million reasons de Lady Gaga. Era la más diferente de las que tenía intención de cantar y pensó que seria perfecta para el broche de oro. Cesó la ultima nota y escuchó algún tímido aplauso. Se sorprendió. Nadie había aplaudido en las anteriores actuaciones. Bajó del escenario emocionada por que hoy sí, hoy tenía la sensación de que la vida le iba a dar un vuelco.

Cantaron las dos personas que iban detrás de ella y al acabar, Benigna les comentó que, el viernes, la persona seleccionada recibiría una llamada.

Se despidieron y Amelia se fue a casa. Estaba deseando que llegara el viernes, por partida doble. 



Ahora ya sí que esto va despegando y empezará la cosa entre ellas :) 

Mil gracias x seguir leyendo

Un verano cualquieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora