Capítulo 17

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Capítulo 17 "En busca de penitencia"

"Solo se siente culpable aquel que cedió en su deseo".

—Jacques Lacan

Emmaline Rose

Me toma un tiempo conseguir un taxi que me lleve al hotel, resulta que Nate me había llevado a un lugar a las afueras de Milán y llegar hasta aquí me ha costado toda la energía que claramente no tengo. Aún estoy agotada por el rato que pase con Nate, además de la resaca que me persigue hasta el momento.

Durante todo el viaje de vuelta al hotel, mi mente regresaba a esa habitación que abandoné, evocando el rastro de Nate en mi piel y de aquellas palabras susurradas en un momento de pasión. Miraba de forma distraída el paisaje de Italia a través de la ventana, preguntándome cómo reaccionará al despertar en una cama vacía.

Para cuando llego al hotel, la luz del día comienza a desaparecer. Paso por la recepción, donde la señorita amargada de ayer observa de arriba abajo mi ropa arrugada. Resulta que mi dignidad no me permitió volver a portar el vestido que Nate eligió para mí. Así que lo dejé atrás, junto a todo lo relacionado con él.

Ignoro sus ojos llenos de disgusto y crítica y me dirijo hacia el elevador. Toco repetidamente un mechón de mi cabello, intentando calmar la ansiedad que aumenta con cada piso que subo, los latidos de mi corazón golpeando tan fuerte contra mi pecho que creo poder escucharlos. Detrás de esas puertas estará mi mejor amigo y no estoy lista para enfrentarlo. Porque después de todo lo que ha pasado, estoy segura que las cosas no volverán a ser las mismas entre nosotros y esa idea me aterra.

Las puertas del elevador se abren con un ligero sonido. Asher se encuentra sentado en la sala de estar de la suite, con Donovan a su lado y una desconocida chica de cabello dorado que parece desinfectar sus heridas.

Al escucharme llegar, Ash levanta su mirada y no tarda en escanear repetidamente mi cuerpo en busca de cualquier daño. Rápidamente se levanta del sofá, apartando a todos hasta llegar a mí. Me estrecha entre sus brazos con tanta fuerza que suelto un quejido de dolor.

—Estaba tan preocupado por ti —Me libera un poco solo para mirarme de nuevo como un poseso—. Dime que ese tipo no te hizo daño.

Nos separamos del intenso abrazo y al fin puedo reparar en su estado. Su ojo izquierdo está completamente negro e hinchado que apenas puede abrirlo, su pómulo pasa por la misma situación, su labio está partido y se percibe un corte en su ceja izquierda.

Contengo mis lágrimas ante su deteriorado aspecto. La culpa cae sobre mí como el mayor de los castigos, haciéndome sentir como una gran egoísta. Mientras yo estaba perdida en las redes de Nate, el leal de Ash se moría de angustia por mí. A pesar de sus heridas y lesiones, él estaba al tanto de mí y mi seguridad.

Examino con cuidado lo que queda de su bello rostro antes de acariciar su mejilla sana.

—No te inquietes por mí, yo estoy bien —intento deshacerme del nudo en mi garganta—. ¿Tú te encuentras bien?

Busca refugio en mi toque.

—Ahora que te veo lo estoy.

Una tos falsa nos saca de nuestro momento. Ambos volteamos apenados a ver a las otras dos personas que se encuentran en la habitación. Donovan luce una expresión de cansancio mientras que la chica nos observa de manera incómoda, desviando aprisa su mirada a la par que sus mejillas se tornan rosadas.

—No queremos arruinar su momento, pequeños tortolos, pero ninguno de nosotros quiere verlos derramando miel —Donovan corta el penoso percance.

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