Kara perdió a sus padres cuando era pequeña y vive con sus tíos y su primo Clark en Smallville.
Lena Luthor es una empresaria de éxito fría como el hielo que decide invertir en la granja de los Kent. Y así es como se cruzan sus caminos.
La ternura d...
Me quedé observando a Kara durante unos segundos sin saber cómo reaccionar, hasta que ella se arrodilló junto a mí y me tendió una taza de café.
-Lena: ¿Kara? - dije, sin saber si realmente estaba ahí o aún seguía soñando
Me incorporé un poco, sentándome en el suelo y alargué mi brazo para sujetar la taza. En ese momento mi mano se rozó con la suya y supe que era real, porque lo sentí todo. Kara estaba ahí, preocupándose por mí y eso me gustó mucho.
Después se levantó y me tendió la mano para ayudarme a levantarme. Me llevó hasta la cocina y pude ver qué había preparado tortitas para desayunar. La miré y pude notar qué estaba más animada. O al menos a mí me lo parecía.
-Lena: Parece que hace sol - dije, asomándome - ¿Te apetece desayunar en la terraza? - pregunté, y ella asintió con la cabeza
Puse el desayuno en una bandeja y salimos a sentarnos fuera. La temperatura era muy agradable y se sentía muy bien disfrutar de un poco de aire fresco.
Habían sido unas semanas muy duras y estar así con Kara, compartiendo este momento, significó mucho para mí.
Me senté un poco apartada de ella, para que no se sintiera incomoda y aproveché para observarla.
Me quedé así durante un rato, sin apartar la mirada de Kara. Ella estaba disfrutando de las vistas, distraída y sumergida en su mundo. Los últimos días apenas había salido de su habitación y estaba un poco pálida. Pero para mí seguía siendo preciosa.
Me fijé cómo los rayos de sol empezaban a iluminar su cara y lo único que deseaba para que ese momento fuese perfecto era volver a verla sonreír. Esa sonrisa tierna con la que era capaz de convencerme de que hiciera cualquier cosa por ella. Esa sonrisa que tanto echaba de menos.
De pronto se giró para mirarme y me sonrió, algo que me sorprendió y me gustó a partes iguales. En realidad fue una media sonrisa, pero me hizo sentir más optimista, pues Kara me demostró que se estaba esforzando por recuperarse.
Cuando cruzamos miradas me di cuenta de que sus ojos ya no estaban vacíos y eso me alegró porque significaba que Kara volvía a estar ahí. Aunque su mirada seguía muy triste.
Pero no me importó, porque estaba dispuesta a hacer todo lo posible por volver a hacerla feliz y recuperar el brillo de sus ojos.
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Me quedé mirándola durante un rato hasta que ella se acercó, sentándose junto a mí. Yo la rodeé con mi brazo con cuidado y Kara apoyó su cabeza sobre mi hombro. No sé cuánto tiempo estuvimos así, lo único que sé es que lo necesitaba y sentí qué ella también.
-Lena: Voy a darme una ducha, puedes quedarte un rato más sí quieres - dije, besándole en la mejilla y levantándome. Ella me sujetó del brazo, frenándome - Tranquila, no tardaré - dije, soltándome y entrando
