34- Separación temporal

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LENA

Desperté abrazada a Kara y fue muy agradable. Desde que nos reencontramos en la granja de los Kent había estado esperando por este momento, por volver a sentirla entre mis brazos. Kara y yo habíamos pasado la noche juntas, por fin nos habíamos entregado la una a la otra. Y yo no podía sentirme más feliz.

Y, aunque todo fue distinto a lo que imaginé debido a su inesperado embarazo, las sensaciones fueron incluso mejores de lo esperado.

La extrañé mucho, demasiado, y volver a sentirla tan cercana, entregándose a mi otra vez, me dio la vida. Una vida qué estos últimos meses no había tenido sentido sin ella.

Cuando me arriesgué a besarla y no me rechazó me sentí genial, pero cuando me insinuó seguir en la habitación y se lanzó a desnudarme con esa pasión entendí que ella se había sentido tan sola como yo.

Intenté demostrarle lo mucho que la había extrañado y lo mucho que lo sentía en cada beso y caricia, y ella me correspondió, agradeciéndome cada una de mis atenciones, devolviéndome todo ese amor qué tanta falta me hacía.

Mientras acariciaba su vientre, no podía dejar de pensar en las ganas que tenía de que Kara despertase. Necesitaba mirarla a los ojos y que me regalase una de sus sonrisas.

Necesitaba comprobar que estaba todo bien entre nosotras, y asegurarme de que lo que pasó anoche no fue el resultado de un acto impulsivo por la necesidad de volver a sentirnos amadas.

Deseaba reencontrarme con Kara y disfrutar de nuestra intimidad. Pero también necesitaba saber sí ella estaba dispuesta a darme una segunda oportunidad. Y más ahora, que tenía un par de razones extra para quedarme a su lado.

Cuando decidí buscarla con la intención de recuperar lo que teníamos no contaba con este embarazo. Ni con unas gemelas que, incluso antes de nacer, ya le habían dado un sentido a mi vida.

Kara y yo formando una familia, es lo que siempre soñé.

Noté que Kara estaba muy dormida así que preferí dejarla descansar. Salí de la habitación, sin hacer ruido, y bajé a preparar el desayuno.

Me apetecía tener un detalle con ella, así que pensé en prepararle tortitas y llevárselas a la cama.

Apenas empecé a preparar el desayuno sonó mi teléfono. Era Eve.

Al principio no pensaba contestar, pero llevaba unos días faltando al trabajo, así que al final lo hice.

-Eve: ¿Señorita Luthor?

-Lena: Hola Eve

-Eve: ¿Está usted bien?

-Lena: Sí, ¿por qué?

-Eve: Bueno, el viernes faltó y ayer tampoco vino a trabajar

-Lena: Sí bueno... me surgió un asunto personal. Ahora mismo estoy fuera de la ciudad

-Eve: ¿Tampoco vendrá hoy por la oficina?

-Lena: No. De hecho...

-Eve: Entonces ¿Cancelo su reunión?

-Lena: ¿Reunión? ¿Qué reunión?

-Eve: Con los dos nuevos inversores

Mierda, lo olvidé.

-Lena: ¿A qué hora?

-Lena: ¿A qué hora?

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Cambio de aires (AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora