[7°] Cazadora En Celo.

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Los recién llegados fueron recibidos los del pueblo y tenían una apariencia mucho peor que los que fueron rescatados de los campos. En sus rostros no había una pizca de esperanza.

Toda la gente fue reunida en la plaza. Las familias estaban inquietas, rápidamente percibieron que no había salvación aparente. Los recién llegados eran un grupo de entre 40 personas, entre ellos Caz y Masky.

La plaza estaba iluminada por barricadas y linternas. No había luz, todo era un caos, todos tenían una apariencia de estar sobreviviendo en una selva. La mayoría de las casas estaban marcadas por sangre, garras o estaban rotas a la mitad sin explicación aparente. Las calles estaban cubiertas de sangre seca y aprestaban a cadáver. No había iluminación en ningún rincón más que en la plaza, todo lo demás era pura oscuridad, los focos de luz de las calles estaban en el suelo destrozados, los autos estaban chocados, con los vidrios rotos.

Todo era tan deprimente.

Pero más deprimente era contar la cantidad de personas que quedaba. Cien, nada más que eso, entre todos y los recién llegados no superaban más de cien y entre esos la mayoría eran niños y ancianos, los jóvenes eran un poco más escasos, también los adultos.

—   ¡su atención por favor! —

Todos dejaron de hablar y se centraron en el hombre de pelo gris con la mirada más fría y férrea, de mediana edad, cuerpo fornido y lo que más llamaba la atención una reciente y fea herida de garras en su rostro desde la frente hasta el mentón.

—     Mi nombre es Jack y ellos son mis nietos. — cuatro jóvenes estaban parados en hileras a su lado con una mirada firme y vestían un uniforme militar.  — Se que en estos momentos ni aunque me hubiera tomado una botella de Vodka creía lo que nos está pasando, pero pasó y somos prueba de eso. Se lo que ustedes. Un día me encontraba en mi casa y al siguiente había una masacre por las calles donde no te salvaba ni Dios. —

Rápidamente el grupo de Jack puso un gesto de luto en esos rostros muertos.

Este se volteó a mirarlos por unos segundos.

—  Sí, fue horrible. Pero les prometo que si nos mantenemos juntos y todos cooperamos, saldremos de aquí con vida—

Los nuevos comenzaron a murmurar asustados. Se sentían inquietos. Caz sólo miraba en silencio cautelosa de estar más cerca de las mujeres que de los hombres.

—  ¡y la milicia o el puto gobierno cuando va a llegar!  — gritó un hombre cubierto de sangre y polvo.

Todos empezaron a preguntar lo mismo y a moverse inquietos. Caz busca a Masky con la mirada, no lo encuentra. Las voces de la gente se hacían más escandalosas y pronto todos estaban gritando.

El viejo Jack tomó su rifle y disparó al cielo. Todos se quedaron mudos.

—     Nada. Estamos incomunicados. No funciona ninguna señal, incluso esas chatarras que usan los jóvenes están inútiles. — respondió Jack.

—     ¡no voy a esperar a que un monstruo aparezca y mate a mis hijos! ¡Opino que nos vayamos hoy mismo! — recriminó una madre como si el viejo fuera su enemigo.

La muchedumbre asintió en confirmación y muchos apoyaron la demanda de la pobre madre.

Jack sólo se rio en silencio unos segundos, pero jamás abandonó ese semblante amargo de su cara.

—     Sí, yo también pensé así y perdí a mi hijo. — lo soltó sin una pizca de pena en su cara. En cambio sus nietos bajaron las miradas en luto. — Como pueden ver por algún motivo la neblina no baja al pueblo, solo se queda en el bosque junto con esas cosas. Ponga un pie dentro de esa neblina, señora y está muerta — apuntó al bosque.

Ten Cuidado Con Slenderman. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora