[7°] Llegaste Muy Lejos

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Avanzaba entre la ceniza a paso firme, con una mano agarrando bien los papeles y con la escopeta en la otra, con el cañón dibujando y haciendo un camino en la ceniza, con el dedo bien sujeto en el gatillo.

No hay una pizca de duda.

Tu jueguito llegó hasta aquí, Ben.

Hoy te mueres maldito parásito.

Hay sonidos a nuestro alrededor, sonidos aterradores de seres que se ocultaban en la pesada neblina. Den la cara o huyan como cobardes, no tengo tiempo que perder si la vida de Masky está en juego.

Toby aprieta sus hachas levantándolas hasta la altura de sus caderas y mira a todos lados. Solo vemos sombras correr a nuestro alrededor camufladas por la niebla.

Nos hacemos camino por el espeluznante escenario sabiendo como esas cosas nos seguían, pero por algún motivo nos dejaban pasar.

¿Qué estas planeando, parásito?

Le hago una seña a Toby para que se detenga, habíamos llegado, este era el lugar donde los 8 árboles puestos de forma circular aparecían en mis sueños con notas en ellas.

Aprieto mi quijada. No voy a negar que tengo miedo y apenas puedo sostenerme de pie. Los ojos de esos seres brillan sobre la niebla, pero sólo se ve eso, los ojos, corren a nuestro alrededor, gritan, lloran, chillan, pero no hacen mucho.

Dejo caer las hojas de papel al piso, me saco el cuchillo de la bota, corto mi palma, las gotas de sangre caen en un par de hojas y me agacho para seleccionar la primera.

" comenzamos el juego"

Toda una horda de seres monstruosos sale de la protección de la tinieblas con sus sonrisas retorcidas y sus movimientos anormales, de todos los tamaños y formas, listos a darnos muerte de la forma más sangrienta posible.

No hubo tiempo.

Cómo un rayo levantamos nuestras armas listos para la pelea, cortando, esquivando esos dientes, disparando, golpeando y matando.

No había tiempo, no había descanso, salía uno tras otro, tras otro y otro. Ni siquiera teníamos tiempo de respirar antes de que nuestro cuellos corrieran peligro de ser cortados.

Una de esas cosas aprovecha que bajé la guarda y tira mi escopeta al suelo de un manotazo y a mi contra uno de los árboles del círculo, rompiendo nuestra protección de espalda contra espalda.

La cosa iba directo a por mi con movimientos como de reptil, muy, muy rápido.

Su sangre negra se arroja por todos lados. como un rayo de esperanza para mi insignificante vida, Toby le había cortado la cabeza con sus hachas.

Me apresuro a tomar mi escopeta y disparar justo en medio de los ojos a la cosa que venía a atacar a Toby por la espalda.

Como un programa de operaciones de una computadora, pronto no necesitamos ni mirarnos para movernos como si fuéramos uno. Era como si mis habilidades y las de él estuvieras hechas para complementar a la otra.

En el momento que bajaba la guardia el otro ya estaba cubriendo su espalda y viceversa.

Pero entonces un ser que se desplazaba como lo hacen las serpientes, con patas de cien pies y un rostro realmente horroroso se levanta sobre sus patas como hacen los gusanos y abre las mandíbulas para vomitar un mal oliente asido que por poco nos deshace los huesos.

Ten Cuidado Con Slenderman. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora