Capítulo número 12

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La luz golpea mi cara obligándome a abrir los ojos. Es amarilla, horrible y caliente. Trato de mover mis brazos, pero no puedo. Estoy algo mareado. Miro hacia abajo, la camisa la tengo llena de sangre, una cuerda rodea mi cuerpo que está sentado en una silla.

—No debiste herirlo, necesitamos cosas de la línea, y él las iba a conseguir. —La voz de una mujer, la reconozco, es la de Esther.

—Sí se iba, sabía todo y podría mandar todo a la mierda. —Camilo le responde con calma.

—Eso fue un error tuyo, no de él.

—Lo sé, de todos modos, yo puedo conseguir las cosas en su nombre. ¿Un rescate y luego lo matamos?

—¿Y el cabello del Prime? ¿Cómo conseguimos eso?

—Eso...

—Me va a tocar borrarle la memoria —menciona Esther.

Espera, ¿puede borrarme la memoria? Todo es como un mal sueño. Todo se mueve, hay manchas oscuras bloqueando mi visión.

—Mira; esperemos que esto vuelva a funcionar en él.

Veo a Esther, es una parca que cumple todas las especificaciones que mencionó aquella señora en su momento. Se acerca a mí con la lámpara en la mano. Tiene una luz verde. Trato de no verla, pero es demasiado llamativa.

—Solo déjate llevar nuevamente, Alexander. —Su voz se vuelve un hilo tranquilo, uno que me llama—. En el nombre del rio Lethæus olvidarás las cosas de hoy.

—En el nombre del Lete olvidaré lo sucedido hoy —murmuro mirando aquella luz hermosa y llamativa.

Siento frio.

¿Dónde estoy?

¿En qué lugar me encuentro?

¿Quién soy?

Preguntas sin respuesta comienzan a formularse en mi mente.

—¿Estás segura que esto funcionará?

—No, esta es la segunda vez que él se ve afectado por el Lete. No estoy segura si funcionará igual que la primera vez.

¿De qué habla ella? ¿Cuándo mis recuerdos fueron...? ¿Fueron qué?

—Él sacrificó su alma por su hermano, pero yo misma lo hice beber para que olvidara como murió.

¿Quién soy?

—Por eso no quiero que muera. Fue el primero que me hizo romper las reglas. —Esther pasa su mano por mi mejilla—. Él es muy preciado para mí.

¿Estoy muerto? Sí, sí lo estoy.

Paz.

La parca me besa la frente. Sus labios son fríos, el contacto hace que mis ojos comiencen a pesar.

Me estoy quedando dormido lentamente.

Tengo demasiado sueño.

Mis ojos se cierran por completo.

👻

Mis ojos se abren. Lo primero que diviso es una habitación con paredes blancas y algo que está de pie colocándose un bóxer blanco. Su espalda está marcada por algo rojo, como si fuera un maquillaje o pintura. La marca no la distingo, pero estoy seguro que significa algo y es importante.

—¿Sabes dónde estamos? —Trato de preguntar, pero no sale sonido de mi boca. Trato de generar ruidos, pero ninguno de ellos sale.

Camino hacia adelante, para tocar aquella espalda, pero la atravieso sin más. ¿Estoy en el mundo mortal? Es el primer pensamiento que se me cruza por la mente, pero cuando veo el rostro de aquella persona me congelo. Es el mío. ¿Cómo puedo ver mi cuerpo? ¿Dónde carajos estoy? ¿Qué es esto?

Línea de llamadas para muertos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora