Bien, una cosa es apostar con compañeros otra cosa es cuando se apuesta en el bajo mundo. Veo a Karla demasiado cerca de mí, pero aquella voz que había hablado no la reconocí, y si incluso alguien con un recorrido bastante grande en este mundo y odiada por muchos le respetaba, lo mejor que yo podía hacer era seguir el procedimiento burocrático.
—Odio apostar.
—Ya no eres divertido Alexgod. —La chica, que sé que es mucho mayor que yo, me guiña un ojo—. Juguemos algo, hoy hay una pelea ilegal de una Crioesfinge contra un Lamassu si mal no estoy. ¿Quién crees que gane?
—El Lamassu le va a partir la madre a la Crio. —Alguien lo grita y yo simplemente esbozo una sonrisa.
—¿Si gana la Crio me dirás quién me invitó?
—Ah, bueno, eso no lo puedo hacer, pero en medio de la pelea puede que ten la información que necesites. —Ella subió y bajo los hombros—. Si ganas puedes pedir lo que quieras, si gano igual. ¿Va?
—No gracias... —Cuando me doy cuenta ya mi mano está agarrada por la de ella y la runa de apuestas cruza el circulo de nuestras manos.
—Ya no te puedes negar.
Maldita sea. Necesito un cigarro.
La devoradora de esencias comienza a guiar el paso y yo camino detrás de ella tratando de concentrarme en nada. No escuchar nada, no sentir nada. Es complejo, pero es lo mejor que se puede hacer en estos casos, y más por el sitio donde me encuentro. El peligro más grande ya lo pasé, ahora solo debo aguantar hasta el final, vamos Alex, tu puedes.
Cambiamos de habitación a una mucho más grande, realmente es un auditorio, con una jaula en el medio. Las sillas están casi que llenas, los seres de todos lados del mundo y mundos están gritando. En el centro hay un ogro con un machete, lleno de sangre roja y en el suelo hay un humano siendo masacrado por aquel ser. Trago saliva mientras el verde alza su brazo y grita, haciendo que todo el escenario grite con él.
—¡Y el ganador de esta ronda es el Gran Destructor de Piernas! —La voz de una mujer suena por los parlantes, aunque sea una fémina tiene por mucho la voz más gruesa que yo.
Ah. Eso lo explica.
Aquel ogro es de los seres más peligrosos que hay en el bajo mundo, se aproximaba —cuando yo frecuentaba estos lados— que llevaba una cuenta de más de mil muertes en sus manos. Incluso ha dejado inmóvil a cazadores malditos, se dice que solo le teme a los dos hermanos exorcistas. Siento que aquel ser me mira directamente a los ojos, pero sé que solo es una casualidad... Lo debe ser.
Veo que Karla se adelantó, camino un poco rápido entre las almas que están allí hasta llegar a la silla donde ella estaba sentada.
Por unos segundos la tarima queda vacía, mientras limpian la sangre, no sé qué hacer, lo mejor sería simplemente quedarme sentado esperando. Recuerdo la primera vez que estuve aquí después de aceptar de mala gana trabajar en la línea. De eso ya hace ¿qué? Ni recuerdo cuanto tiempo. El punto es aposté muchas cosas, y perdí a lo grande. La mayoría de mi sueldo se iba en pagar y ser usado, en pagar y usar. En ceder a los instintos más básicos posibles.
Daba pena, ahora también lo doy, pero Sasha me sacó de este hueco y me ayudó a entender las cosas. Sin ella, wao, estaría en alguna de esas puertas siendo follado por alguien. Ya no tengo la ansiedad rebotándome como loca, ahora la tengo controlada. Aunque mi pie esté subiendo y bajando, y mis manos moviéndose como si estuviera tocando un piano, estoy mejor que antes. Estoy seguro de eso.
—¿Estás seguro de que va a ganar el Crio?
—Tan seguro como me gané el apodo de Alexgod o el hacedor de milagros a pulso —respondo mientras observo la tarima.
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Línea de llamadas para muertos.
FantasiAunque todos digan que la muerte es el final del camino, ¿es realmente eso cierto? Alexander cuando estaba vivo tenía una gran cantidad de problemas consigo mismo. Algunos que hasta después de muerto lo han acompañado. Cadenas pesadas que le recuerd...