Línea de llamadas para muertos.

Capítulo número 22

—Déjeme ver si entiendo las cosas como las está planteando: ¿Usted traficó drogas obligado con una amenaza de muerte a su familia, pero fue asesinado por otro cartel que sabía de la mercancía que estaba llevando? —pregunto mientras juego con un lápiz en mi mano derecha—. ¿Me hace el favor de confirmarme si es correcto lo que acabo de decirle?

—Sí, es correcto.

Mentira. Esa no fue la causa de su muerte.

—¿Está usted seguro que no me está ocultando ningún tipo de información crucial? —cuestiono tratando de sacarle más información. Necesito que me diga la verdad.

—No señor. No le estoy mintiendo en lo absoluto.

—¿Sabe usted que nosotros tenemos la información de su muerte incluso si su cuerpo fue mutilado y rostizado?

Silencio.

—¡Pero no estoy mintiendo!

Paso mi mano por mi rostro. Detesto a este tipo de personas. Lo peor de todo es que no puedo subirlo a un supervisor, porque no estoy seguro si puedo confiar completamente en él. En ultimas, es amigo de aquel que dicen que me traicionó. A Sasha yo le tenía mucho respeto dado que ella sabía hacer las cosas, incluso aunque ella haya sido parte del culto circo de la sangre... Debo dejar de pensar en esas cosas. Debo concentrarme en esa llamada.

—Fue asesinado por decapitación —digo sin ningún humor en mi voz—. Ahora mismo tienes la penitencia de haber sido asesinado por traición. Tienes pase directo a una de las salas de sufrimiento por haber cometido uno de los mayores pecados. —Me rasco la nuca—. ¿Desea que continúe?

—Pero...

—No hay nada de peros, usted está muerto. Esto no es la tierra, este plano es totalmente diferente al anterior.

—Está bien... Usted tiene razón —confiesa—. Es cierto que fui asesinado por cometer traición, pero usted debe entender, ¡amenazaron a mi familia de muerte! ¡Debía intentar hacer algo por ellos! ¡Lo debes entender, la familia es primero!

—Sí, entiendo que la familia es muy importante. Créeme, creo que lo sé lo suficiente, pero no puedo hacer nada por ti. No solo acabas de mentir. —Me quedo callado mientras leo rápido el archivo— Sino que también traicionaste a aquellos que te trataron como familia.

—Ellos...

—Lo que no entiendo, es porqué los traicionaste. ¿Por qué ellos trataron de amenazar de muerte a tu familia? —interrogo mientras me meto el lápiz entra los dientes. Allí falta algo y no logro entenderlo.

—Es por el culto... —Subo una ceja al escuchar eso—. Ellos fueron los que me prometieron mil cosas si hacia las cosas que ellos deseaban, y terminé siendo decapitado por aquellos que llamé mi hermano.

—¿Qué culto? —pregunto con mucho interés al escuchar eso.

Últimamente todo está tomando entorno a esto, o, ¿puede que yo apenas sea el que esté enterándose de la verdad de este retorcido mundo? ¿Hay más cosas de las que pocamente me he enterado?

—¿Puede reducir la condena si le cuento todo? —Noto en su voz que trata de crear un tipo de negociación, pero no es que sea muy legal de mi parte realizar esto.

—Haré lo posible, no prometo nada —respondo en voz baja.

—¿Entonces por qué debería contarte?

—¿Prefieres pasar el resto de tu eternidad en una sala de tortura? —murmuro de manera casi inaudible—. Haré todo lo posible para que tu alma no pasé más de cinco años en salas de tortura, y eso ya es demasiado. Tu pecado cumple al menos veinticinco años.