Athena
Trato de mantener la vista en el suelo mientras voy bajando los peldaños del porche, me recuerdo de respirar y de tener presente que esto solo es un café, una salida como cualquier otra, como las que a menudo tengo con Mike, aunque muy en el fondo sé que es mentira.
Jamás me he sentido nerviosa cuando salgo con Mike, mucho menos ansiosa. No tengo que tener expectativas porque lo conozco, sé que nos divertiremos y hablaremos de cosas sin sentido y que pasaré un buen rato pero con Chris es diferente. Realmente no sé que esperar, no sé si esto - lo que sea que sea - saldrá bien o será un desastre y por alguna razón eso es lo que más me inquieta, que quiero que sea lo primero.
Al llegar a la acera me permito respirar hondo, cuento mentalmente hasta tres y al levantar la cabeza, lo primero que mis ojos encuentran son los azules de Chris. Me regala una bonita sonrisa y me quedó sin aire en los pulmones.
No puede haber mejor forma de empezar el día.
–Buenos días – me da un beso en la mejilla y me es inevitable cerrar los ojos ante el contacto suave de sus labios con mi piel fría.
Siento que me suben los colores al rostro pero aún así le devuelvo el gesto.
–Buenos días.
–¿Lista?
Asiento, algo cohibida y abrumada por la emoción y energía en su voz. Él me ofrece su brazo para que lo tome y sin vacilar, me aventuro a encadenar el mío antes de comenzar a caminar.
Ninguno dice nada los primeros minutos, Chris no me ha contado que planes tiene pero supongo que el lugar al que vamos está cerca ya que al parecer iremos andando. Por suerte es un día soleado y el vecindario en el que vivo está muy cerca del centro.
Lo miro de reojo y cuando me doy cuenta de que él hace lo mismo, se me escapa una pequeña risa. Sin embargo, él es el primero en romper el silencio.
–¿Qué pasa? – pregunta sonriente.
Pienso en lo arriesgado que sería ser honesta y decir que no puedo apartar mi mirada porque está como para comérselo, y finalmente me decanto por una verdad un poco menos cruda luego de decidir que no quiero verme tan intensa.
–He notado un par de cosas...
–¿Ah sí? – arquea una ceja, más intrigado que antes – ¿Cómo cuáles?
–Pues... que te encantan las gorras y los lentes – digo, recordando que llevaba puesto eso mismo el día que nos conocimos, él se limita a reír – Y que usar estos últimos es un terrible error teniendo los ojos que tienes.
Las mejillas se le colorean de un tono rosa que a la luz del sol solo pueden verse más brillantes y mientras se aclara la garganta me doy cuenta de que si se lo propone, además de atractivo, puede ser jodidamente tierno.
–¿Ha sido eso un cumplido? – pregunta, esta vez no me mira pero yo a él sí y puedo notar que no deja de sonreír.
Sigue así, Athena.
–O una observación – respondo, aunque claro que pienso que son preciosos. Los ojos azules más bonitos que haya visto nunca.
Todos los Evans los tienen, ahora sé que son de familia pero los de Chris en especial tienen un brillo y tonalidad diferentes.
–Pues gracias – dice al cabo de un momento – pero es un error necesario para tratar de... mezclarme – hace una mueca, como si le ardiera la garganta al pronunciar esa palabra – Es algo sobre no llamar mucho la atención.

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Scars (Chris Evans)
Fiksi Penggemar"Adoro la ambivalencia poética de una cicatriz, que tiene dos mensajes: aquí dolió, aquí sanó." CHRIS EVANS (Social Media/Real Life)