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–Daewoon, querida, un ramen de kimchi y uno con cerdo!– escuché a mi abuela hablar afuera de la cocina mientras limpiaba la mesa que acaba de desocuparse.

–Si abuela!– comenzé a preparar los dos platillos que pedían junto con las guarniciones que se dan siempre y las bebidas. El agua comenzaba a calentarse así que empecé con el cerdo y a sacar lo demás que necesitaba para ambos platillos, estaba muy concentrada, me gusta concentrarme en el trabajo.

–Parecen ocupadas hoy.– escuché una conocida voz y mire algo asustada por el llamado de repente, pero ví a Minho entrando con una sonrisa.

–Hay mucho trabajo hoy, le va bien al lugar.– sonreí y seguí con mi trabajo –¿Qué haces aquí?.

–Solo quería ver como estaban, quieres que me vaya?.– sonrió colocandose a mi lado y ayudando a colocar las guarniciones en la charola donde llevo la comida.

–No, puedes quedarte, tu compañía mejora el ambiente.– sonreí sirviendo los dos platillos de ramen y las puse en la charola con las guarniciones y las bebidas, pero Minho no me dejo tomarlas.

–Yo las llevo, tú sigue haciendo el ramen, llegaron más personas– el movió su cabeza hacia arriba señalando la entrada y mire a tres personas entrar.

–Está bien, gracias, ten cuidado.– le sonreí y él salió con la charola para después dejar sin error alguno la comida en la mesa que correspondía, después regresó conmigo mientras comenzaba a calentar más agua –Lo haces muy bien.– reí por lo bajo y el río mirándome.

–Claro que sí, te ví hacerlo millones de veces, incluso se preparar el ramen, tu abuela me enseñó.– yo asentí con una sonrisa, el pasaba tiempo con la abuela también, la abuela me contaba que solía acompañarla a comprar cosas cuando yo estaba ocupada, la cuidaba bien y la abuela le tenía mucho cariño, es un hombre increíble.

El trabajo siguió, las personas seguían llegando y Minho se ofreció a ayudarnos hasta que cerramos el local.

–Gracias por tu ayuda Minho, tu lindo rostro atrajo a las personas, llegaron más de las que hay normalmente y fue menos trabajo para ambas.– la abuela le regaló una sonrisa a Minho y el sonrió.

–Fue divertido, llameme cuando me necesiten, puedo ayudar con el local sin problema.– caminamos a mi casa ya que la abuela lo invitó a cenar y el aceptó, yo solo escuchaba su conversacion.

–La verdad, no nos vendría mal un par de manos más, ¿Quieres trabajar con nosotras?– miré a la abuela, le ofreció trabajar en el local.

–¿De verdad abuela? Si, me gustaria.– el sonrió y me miró, yo sonreí igual.

–Entonces te veo mañana temprano, más te vale trabajar bien.– llegamos a la casa, la abuela abrió y ella se ofreció hacer la cena, así que Minho y yo subimos a mi habitacion.

–Me parece que te vere más seguido de ahora en adelante.– me senté en mi cama con una sonrisa mirandolo y el asintió sentandose a mi lado y tomando el peluche de gato que me dió hace algunos años.

–Aún tienes esto.– me miró con el peluche en la mano y lo miré atenta –Pasó mucho tiempo en que te lo di.

–Es lindo, no quise tirarlo– nos acostamos en la cama mirando aquél pequeño peluche, me traía buenos recuerdos.

–Yo aún tengo tu dibujo en mi habitacion– el me miro con una sonrisa y yo tape mi rostro con una almohada por la vergüenza de recordarlo –¿Qué sucede?

–Dibujaba horrible, por que aún tienes eso?– el quitó la almohada de mi cara y río mirándome.

–¿De qué hablas? A mí me encanta.– rodeo mis hombros con sus brazos y me hizo mirarlo a los ojos.

–Tu aún me debes algo– lo miré y el se quedó callado así que me acerque a el y pegue mis labios con los suyos por unos segundos. –Tú lo hiciste la última vez que nos vimos.– el me miro con una sonrisa. Dejamos eso de lado y simplemente conversamos hasta que en algún momento ambos nos quedamos dormidos.

criminal's daughter || Lee KnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora