Algo particular

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Salí de la oficina sin importarme si todavía seguían mis feromonas en el ambiente, aunque la mirada de reproche de Yura me hizo detenerlas de inmediato, no quería tener otra discusión tan temprano, así que solo partí a mi puesto, fui por cada implemento necesario y salí por mi ronda habitual. Nunca revisaba mi celular en las rondas, pero esta vez una serie de mensajes que no dejaban de llegar me hizo revisarlo más de una vez, andaba con una sonrisa en el rostro, era la rubia que me escribía, o eso pensaba, cuando me di cuenta en la barra de tareas de mi celular que los mensajes tenía adjuntas unas fotografías, me llamó la atención. Me aparté un momento para revisarlos, se me escapó una risa al ver de qué trataba, al parecer cierta personita le quitó el celular y encontró la manera de mandarme mensajes, en las fotos, a pesar de que algunas estaban borrosas, podía ver a Sachi con una enorme sonrisa haciendo algunas poses graciosas, me causó ternura y risa a la vez, en algunas le había tomado unas desprevenidas a la rubia, a pesar de que ella no se hubiese percatado, hasta en fotos sorpresa salía hermosa. No solía hacerlo, pero eché una mirada a mi alrededor por si alguien me veía, rápidamente hice el típico gesto con mi mano con el signo de "paz" y tomé una selfie rápida para mandársela. A los segundos me llegó un mensaje escrito, esta vez la rubia al parecer le había quitado el dispositivo ya que se leía una disculpa por su parte y muchos corazones en la foto que había enviado yo, luego llegó lo que parecía ser una última foto, donde estaba vez salían ambas con su sonrisa de gatito radiante, no sabía que cara poner, ¡Estaba tan feliz!

Pasaron unos minutos en donde me había quedado admirando aquella foto, también se la respondí con mucho amor de mi parte, mi cabeza la sentía en otra parte, pero tenía que ser cuidadosa, se suponía que tenía que hacer como si no conociera a mi niña, no quería traerle problemas a Toga. Una mezcla de olores me llegó repentinamente y caí en cuenta de lo que ocurría y que estaba en el trabajo, dos omegas y un alpha en celo, además, al parecer había algunos discutiendo ya que sentía un ligero aroma de amenaza. Corrí hacia lo más importante a mi parecer, hacia los omegas en celo, ya que, pude ver como algunos alphas se dirigían en su dirección, no a hablar precisamente. Llegué a tiempo con uno para darle su medicina, después salí a por el otro, pero esta vez me preocupé un poco más, el aroma del alpha estaba ahí también, esto estaba muy mal.

-¡S-Señorita Ochako! –oí una voz familiar, Yurako estaba en problemas, su olor estaba combinándose de a poco con el del alpha.

-¡Tomas! –grité al llegar al lugar, el alpha de intercambio americano tenía a Yurako atrapada contra una de las paredes, estaba batallando por no querer marcarla, pero si seguía, probablemente perdería la cordura y lo haría de todas formas- calma, calma, no tienes por qué hacerlo.

-¡Aléjate! –gritó el chico fuera de sus casillas, y era normal, al sentir la presencia de otro alpha, el sentido de posesión es mayor- señorita...no puedo controlarme.

-Lo sé, te ayudaré, pero primero, déjala ir –extendí mi mano hacia Yurako, ella también en su celo no saldría de allí fácilmente, sería una situación complicada- ven aquí para que arreglemos ese molesto celo.

-S-si –ella intentó separarse de Tomas, pero este no la dejó y la abrazó con fuerza para colocar su rostro entre su cuello.

-¡Ya basta! –liberé mis feromonas para intentar tranquilizar el ambiente, la mirada del chico esta vez demostraba miedo, soltó a Yurako asustado y esta corrió detrás de mí, me acerqué rápidamente y le inyecté un supresor, luego rápidamente le di las pastillas adecuadas a la chica para que todo esto terminada.

-Lo siento, ¡De verdad lo siento! –Tomas se arrodilló con lágrimas en los ojos algo más calmado, ya no sentía su aroma descontrolado, Yurako también se había calmado.

Suspiré y salí del lugar al escuchar unos gritos, había tardado demasiado en ir con los demás, había un tumulto de gente cerca del sector de descarga de materiales, había dos chicos alpha peleándose quizás por qué motivo. Todo esto estaba acabando con mi juicio, la intensidad de mis feromonas era bastante alta, muchos omegas y otros alphas se alejaban al ver que yo me acercaba a donde estaba la pelea. Cuando vi que se separaron para tomar un impulso y volver a golpearse, me puse en medio con expresión molesta, pude ver que uno de ellos se detuvo en seco, pero el otro siguió su camino asestándome un golpe en la mejilla izquierda. Me mantuve firme, no me moví ni un milímetro, giré mi rostro a pesar de la fuerza que él hacía para empujarla hacia el otro lado y que me afectara su golpe, pero se había metido con la persona equivocada.

Lo que el destino quisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora