Agnes caminaba directo a la enfermería, sentía su nariz punzante e irritada, tenía miedo que el golpe de Parkinson se la hubiera quebrado. A unos pocos metros de llegar, se encontró con Blaise.
—Agnes —se alegró de verla—. Te he estado buscando, quiero hablar contigo de algo.
—Blaise ahora no, mi nariz me duele como el demonio y quiero...
—Por favor, esto ya no puede esperar más —interrumpió Blaise con el tono más serio posible, Agnes lo miró unos segundos y aunque prefirió decir no, aceptó—. Gracias, aunque ¿puede ser en otro lado? No quiero que alguien escuche.
—Sí, no hay problema.
Blaise la tomó de la mano y caminó con ella hasta los jardines de Herbología, estaban solos y ahí nadie lograría interrumpirlos ni molestar. El moreno se notaba nervioso, no sabía cómo comenzar, caminaba de un lado a otro, haciendo crujir las hojas que el otoño cortaba de los árboles.
—Blaise me estas mareando —se quejó ella.
—Bueno, es sobre nuestra relación, mejor dicho nosotros —soltó por fin, sintiéndose menos pesado—. Agnes, estoy cansado de esta situación, yo no puedo continuar viéndote y...
—Oye, lo sé —interrumpió—. Sé que hice mal al terminar de esa forma y de verdad lo siento pero tu y yo...
—¡Agnes, no me gustas! —gritó sin poder retenerlo más. La pelinegra lo miró un tanto confundida y ofendida—. Quiero decir... ¡Merlin es muy difícil! —cerró sus ojos con frustración.
—Bueno, qué forma tan sutil de decirlo —bromeó.
—Perdona, es que... Agnes yo te amo, ¿sí? No dudo de eso ni un solo segundo, te amo como nunca podré amar a una chica. Eres divertida, alegre, si, explosiva a veces y das algo de miedo pero —soltó una pequeña risa, sintiendo su cuerpo relajarse—, mereces que alguien vea lo que yo no puedo ver más allá de todo lo que me mostraste.
Agnes sintió una ligera brisa golpear su rostro. No entendía absolutamente nada, creía que Blaise trataría de volver con ella pero era todo lo contrario.
—No volverás conmigo, ¿verdad? —preguntó y el chico negó—. Blaise...
—Lamento si te lastimé es solo que no puedo amarte de la forma en la que mereces...
Esas palabras se escucharon tan fuertes y aún más viniendo de él. Ella pensaba lo mismo y resultó tan sorprendente que Blaise pensara igual.
—Agnes —Blaise agachó la mirada—, compartí contigo cosas hermosas, tristes e incluso íntimas —sonrió levemente—. Cada una la disfruté, pero cuando terminaste, solo pude darme cuenta de todo esto y de quien soy y que quiero en verdad.
—¿Y eso es? —preguntó Agnes con atención.
—Agnes, me gustan los chicos.
Un largo y ameno silencio rodeaba a los dos jóvenes, Blaise la miraba ansioso por saber que saldría de los labios de la chica. Sin embargo, Agnes solo abría y cerraba la boca sin que nada saliera de ella, no podía expresar bien lo que esa revelación le hacía sentir. De todas las cosas que esperaba oír de Blaise, esta era la que menos podía creer.
—Por favor di algo —suplicó.
—Bueno, es solo que...—suspiró— ¿Por eso no querías llegar a segunda base conmigo?
—¡Agnes!
—Ya, lo siento, no sé cómo digerir esto —movió un poco sus hombros queriendo quitar tensión— ¿Sabes? todo este tiempo creí que tú estabas lastimado por como te terminé, y ahora veo que fue un alivio para ti. Me torturé por nada.
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𝑺𝒍𝒚𝒕𝒉𝒆𝒓𝒊𝒏 𝑴𝒂𝒍𝒆𝒇𝒊𝒄𝒊𝒔
FanfictionLa horrorosa, dramática y a veces divertida vida de tres brujas Slytherin que JK Rowling debió incluir. Romance, amores prohibidos, enredos familiares y mucho alcohol. Entra bajo tu propia responsabilidad. La historia inicia en El Cáliz de Fuego y...