𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟐𝟐

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Aquel día de noviembre, los chicos se encontraban cenando, hace solo unos minutos habían terminado sus clases y estaban exhaustos. Tomaron asiento en su lugar típico de la larga mesa de los Slytherin, que estaba casi al borde de la esquina más cercana a la mesa de los profesores.

—Blaise, ¿me pasas el queso parmesano? —preguntó Agnes que se había servido un gran plato de spaguettis.

—¿Cómo les ha ido en clases chicos? —preguntó Blaise estirando su brazo para tomar el queso y entregárselo a su amiga—. A mi se me está complicando demasiado Runas.

—Runas me encanta, es difícil pero es realmente interesante —respondió Rosaline comiendo un plato de lasagna.

—Yo lo odio —añadió Malfoy tomando un sorbo de su limonada.

—A mi me ha ido bien en todas, gracias a Merlín —dijo Alena que tenía un trozo de pizza en la mano.

—A veces extraño que estemos en las mismas clases —añadió Agnes, quien junto a Alena no compartía Runas con el resto de sus amigos.

—Si, al menos las clases de Cuidado de Criaturas es entretenida —comentó Blaise animado—. Aunque claro, no está Rosaline —dijo mirándola.

Theo, que se encontraba hace minutos luchando con un trozo de pollo pensó hacer algún comentario gracioso al respecto. Sin embargo, antes decidió con gran esfuerzo y frustración cortar el pollo con todas sus fuerzas, haciendo volar las papas y ensaladas que habían en el plato en dirección a la cara de Alena.

Una de las papas le dio en la frente, mientras que la mayoría de la lechuga y tomates fueron a parar al resto de su rostro, dejando algunas hojas verdes entre sus gafas. Theodore la observó sin emitir palabra alguna, aunque le hacía gracia no quería hacerla sentir mal. Alena parecía perpleja y aún sostenía el trozo de pizza entre sus manos.

La primera en soltar una fuerte carcajada fue Agnes, quien no aguantó ver a su amiga en aquella situación. Alena al oírla reaccionó y parpadeó varias veces, mientras que dejaba la pizza sobre el plato y comenzaba a limpiar su rostro con una servilleta.

—Lena, tienes algo de comida —dijo Agnes riendo y señalando su cara.

—Lo siento mucho Lena —dijo Theo algo sonrojado mientras veía como ahora Rosaline ayudaba a su amiga a quitarse los restos de comida de la cara—. Merlín, que alguien le diga a los elfos cómo cocinar, ese pollo estaba durísimo.

—¿No será que tú no sabes comer? —preguntó Agnes aún riendo a carcajadas mientras Draco se le unía.

Alena levantó la mirada hacia Theo mientras tomaba con la mano un puñado de puré de papas. Ni siquiera lo pensó, solo estiró su brazo y lo lanzó con todas sus fuerzas. Y aunque pretendía que dieran en el rostro de Theodore, fue Draco quien terminó recibiendo todo en el rostro.

—Lo siento —dijo Lena mientras todos estallaban en risa.

—¡Oye! Ten cuidado Lestrange, me ensuciaste —gritó Draco en un quejido mientras todos se reían—. ¿De qué se ríen? —vociferó.

—Te queda bien el puré de mascarilla, albino —añadió Blaise con una de sus manos en el abdomen, aún no podían parar de reir.

Draco frunció el ceño y como por inercia, su mano se acercó al plato de spaghettis de Agnes que se encontraba al frente de él, tomando un gran puñado de la comida y lanzándola directamente en la cabeza a Nott.

—¡Hey! —gritó Theo riendo con algunos tallarines colgando en la cabeza.

—Oye —replicó Agnes riendo—. Eso era mío.

𝑺𝒍𝒚𝒕𝒉𝒆𝒓𝒊𝒏 𝑴𝒂𝒍𝒆𝒇𝒊𝒄𝒊𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora