𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟑 (𝑭𝒊𝒏𝒂𝒍 𝑪𝒂́𝒍𝒊𝒛)

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24 de junio. El día de la última prueba del Torneo de los Tres Magos.

Cedric y Agnes se encontraban esa mañana en el Lago Negro. El campeón de Hogwarts entrenaba un poco para distraerse y alejar los nervios por la última prueba. Como ya era costumbre desde hace meses, Agnes lo acompañaba, su relación pasó de ser un secreto a voces a algo real. Se daban cuenta de lo diferentes que eran cosa que de alguna forma los hacía congeniar, Agnes se sentía feliz, nada le importaba, ni los comentarios ni las miradas de sorpresa.

—¿Estás nervioso? —preguntó Agnes a Cedric entregandole una botella de agua.

—Bastante —respondió Cedric con honestidad secando el sudor de su frente y bebiendo un poco de agua.

—Lo harás bien, le vas a patear el trasero a San Potter y yo cantaré de alegría —dijo Agnes con una sonrisa victoriosa.

—No te agrada ni un poco ¿eh? —contestó Cedric con el ceño fruncido— ¿Puedo saber por qué?

—No —respondió ella bajando la mirada—. Si te soy sincera, no me gusta el hecho de que esté muy cerca de ti, ¿por qué te ayuda? ¿qué pretende? ¿sabotear el torneo otra vez?

—¿Otra vez?

—Sí, ya sabes —respondió Agnes con seguridad—. Poner el nombre en el cáliz y...

—Nadie ha comprobado que realmente haya sido él —Cedric bebió otro poco de agua

—Lo creo capáz de todo —comentó Agnes caminando de vuelta al castillo junto a Cedric—. Y luego, de la nada, cree que puede venir y decirme "dice Sirius que le escribas" ¿Quién se cree que es?

—Oye Agnes, Harry no tiene culpa de lo que pasó. Sirius solo quiere hacer algo por él, por sus amigos y...

—¿Porque Harry Potter siempre tiene que ser tema? Es fastidioso que lo menciones sabiendo cuanto me cae mal, no soporto ni siquiera su nombre —expresó de mala gana.

—Agnes, oye...relájate —Cedric la tomó por los hombros con suavidad frotándolos un poco.

Agnes se veía bastante molesta, incluso sus mejillas estaban rojas, rechinaba los dientes.

—Oye, ya, tienes que tranquilizarte. No era mi intención que te pusieras así —continuó el castaño, acariciando la mejilla de Agnes.

—Solo...—Agnes suspiró—. No lo menciones ¿si? Disculpa, no necesitas esto antes de tu última prueba —intentó sonreír aunque seguía un poco enfadada. Potter no era su tema favorito— ¿Vamos a desayunar?

—Por supuesto, no queremos que se acabe el tocino e inicies una guerra —bromeó Cedric besando su frente y caminando.

—¡Agnes! —gritó Theo mientras se acercaba corriendo—. Agnes... — se detuvo delante de los dos, apoyando ambas manos en sus rodillas tratando de recobrar el aliento.

—¿Qué quieres Nott? —preguntó Agnes sin interés.

—Es Alena —dijo entre jadeos—. Está muy mal, Rosaline está con ella...

Agnes miró a Cedric y él entendió a la perfección, sonrió y se fue corriendo junto a Theo directo a la Sala Común.

Alena estaba sentada junto a la chimenea en un sillón de cuero negro, Rosaline estaba junto a ella intentando hacerla entrar en razón. Alena estaba sudando, respiraba rápido y apenas podía pronunciar palabras.

—¿Qué pasó? —preguntó Agnes entrando en desesperación.

—Creo que es una de sus crisis —respondió Rosaline que aún la tomaba por el cuello e intentaba hacerla reaccionar—. Está bien —dijo dentro de todo el caos intentando sonar calmada—. Ya va a reaccionar, sabes como es esto.

𝑺𝒍𝒚𝒕𝒉𝒆𝒓𝒊𝒏 𝑴𝒂𝒍𝒆𝒇𝒊𝒄𝒊𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora