𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟕

55 6 0
                                    

Era sábado, la primera semana de clases había pasado normal y tranquila como de costumbre. Hasta ahora no les habían entregado ninguna tarea y aún quedaba para los exámenes, así que las chicas decidieron aprovechar el tiempo libre y organizar una tarde de picnic con el resto de sus amigos.

Alena y Agnes esperaban a Rosaline cerca de los arcos del colegio. El día estaba soleado y el clima no era muy caluroso ni tampoco frío, era simplemente perfecto para que las chicas usaran su ropa más linda y adecuada para el tan esperado picnic

—¿Estás emocionada? —preguntó Agnes recargándose en la pared.

—Muy emocionada —respondió Alena—. Ya quiero compartir con los chicos, los extrañé mucho.

—Si, igual estoy contenta de verlos, aunque casi, casi los obligamos. Draco cree que esto solo es cosa de niñas —dijo Agnes torciendo los ojos.

—Draco es muy desesperante. Oye, ¿y Rosaline? Ya tardó más de lo que dijo —Alena miró por todos lados buscando a su amiga.

—Ya la conoces, seguramente no sabe qué hacer con su cabello. Por cierto Lena, ¿qué trajiste?

—Preparé pastel de calabaza —señaló la pequeña canasta que cargaba en su antebrazo—. Y unos brownies.

—Que envidia, yo solo prepare té, no sé hacer otra cosa —respondió con un puchero.

En ese preciso momento Rosaline llegó corriendo, Alena y Agnes se miraron riéndose por lo apurada que su amiga venía, luchando por abrochar el collar de perlas que traía en sus manos.

—Que linda te ves Rosaline —dijo Alena.

—Gracias Lena, ustedes también se ven hermosas —respondió algo agitada.

—Rosaline, ¿Trajiste las tartas? —preguntó Agnes recogiendo sus cosas.

—Claro boba, ¿Qué crees que llevo en este pesado canasto? ¿A Artemis? —dijo la rubia empezando a caminar junto a sus amigas, saliendo al fin a los amplios jardines del colegio.

—Deja a mi pequeño y gordo gato en paz —hizo un puchero—. Por cierto Ro, preparé un poco de tu asqueroso té verde, y a Lena le hice su juguito de naranja especial. Tal vez no se cocinar nada pero las bebidas me quedan excelentes —agregó Agnes con modestia mientras caminaba dando pequeños saltos.

—Los chicos dicen que ya vienen en camino, Blaise traerá pizza y Theo snacks de tocino —dijo Alena sintiendo el exquisito sabor de esos snacks.

Las chicas caminaron un poco más, por suerte era fin de semana y la gran mayoría de los estudiantes se encontraban paseando en Hogsmeade. Agnes señaló un lugar perfecto para llevar su día a cabo, estaba un poco retirado y colina abajo del colegio, estaba bajo la sombra de un frondoso árbol la planicie era verde y rodeada de algunas flores preciosas.

—Me encanta, mientras más alejado mejor —dijo Rosaline quitándose los zapatos para sentir el cosquilleo del pasto en sus pies.

—Oigan ayúdenme a acomodar esto —Agnes sacó un mantel a cuadros de color rosa y blanco, luchaba por poder dejarlo sobre el suelo, pero el viento no se lo permitió, el mantel quedó sobre su rostro— ¡OIGAN!

—Ya te ayudo —dijo Rosaline entre risas y le quitó el mantel de la cara— ¿A veces se te olvida que tenemos magia?

—Sabes que eso no se me da bien, el último hechizo que hice le rebotó a Lena y le creció un barro en la cara del tamaño de Artemis.

—Ya callense y pongan eso —reprimió Alena sacando las cosas de su canasta.

—¿Desde cuándo eres tan mandona? —preguntó Agnes

𝑺𝒍𝒚𝒕𝒉𝒆𝒓𝒊𝒏 𝑴𝒂𝒍𝒆𝒇𝒊𝒄𝒊𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora