𝑺𝒍𝒚𝒕𝒉𝒆𝒓𝒊𝒏 𝑴𝒂𝒍𝒆𝒇𝒊𝒄𝒊𝒔

𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟗

Las semanas se fueron volando y el otoño cedió su lugar al invierno. La primera prueba había pasado, a todos les sorprendió el hecho de que Potter lograra sobrevivir al dragón. Agnes, quien en un principio llamaba a ese torneo "innecesario y aburrido", no se perdió esa primera prueba. Brindó su apoyo al joven Diggory, sin importarle las quejas de su primo, y las burlas inocentes de sus amigas. Incluso Rosaline lo tomó como una excusa para acercarse más a Ron y poder sentarse junto a él.

Alena y Barty se vieron varias veces después de que ella descubriera que estaba detrás del aspecto del profesor Alastor Moody, sus visitas eran por la noche, cuando la mayoría dormía, para que de esta manera no pudieran atraparlos. Hablaban durante horas y cada día se acercaban más y más. Su amor iba creciendo, aunque la pequeña Lestrange dudaba, ya que no podía contarle a sus amigas, ni gritar a los cuatro vientos su amor por Barty. Aún así, su amor por él era más grande, por lo que aceptaba verse de esa forma y guardaba la esperanza de que algún día, toda la espera valdría la pena. Sin embargo, cuando más feliz estaba, cuando él dejaba atrás ese lado "malo" ella solo pensaba en qué dirían sus hermanos.

Esa noche, luego de visitar a Barty en la torre de Astronomía volvió a la Sala Común para comenzar a prepararse junto a sus amigas. Esa noche sería el tan esperado baile de navidad, las tres estaban emocionadas, bueno, al menos Rosaline y Agnes, quienes habían conseguido pareja.

—Que hermoso vestido, resalta tu tono de piel, Rosaline —comentó Alena terminando de colocarse un par de pendientes largos color dorado.

Rosaline le sonrió de vuelta a su amiga mientras terminaba de acomodar su cabello frente al espejo. Su vestido era una mezcla entre blanco y plata, estaba hecho de una tela similar a la seda, era ajustado y caía suavemente sobre sus rodillas junto a una pequeña abertura al lado izquierdo. Lo acompañaba con unos zapatos brillantes, accesorios y un medallón de oro que llevaba siglos en su familia y que se apreciaba en un profundo escote en V.

—Creo que las tres nos vemos como unas reinas —comentó Agnes, sintiendo la suave tela del vestido rojo que su hermano específicamente mandó hacer para ella.

Su atuendo de esta noche era un vestido rojo que resaltaba su blanca piel, dejando sus hombros al descubierto y decorando su cuello con una gargantilla dorada, el vestido se acentuaba a su pequeña cintura y el largo llegaba a cubrir sus pies. Su cabello se encontraba sujeto en un moño bajo, con dos mechones de cabello saliendo detrás de sus orejas. El maquillaje fue sutil, solo un ligero delineado y un labial rosado natural.

Mientras tanto, Alena terminaba de subir la cremallera de su vestido con ayuda de Rosaline, su vestido era negro y largo, con mangas largas y de una tela delgada y transparentosa por la parte de arriba, su maquillaje fue muy natural resaltando solo sus labios rojizos, su cabello estaba lacio, le sentaba de maravilla ese tono negro pues resaltaba su blanca piel.

Tan pronto estuvieron listas, las tres se tomaron una foto para el recuerdo y posteriormente salieron a la Sala Común. Sus amigos, como de costumbre, las esperaban ahí, a excepción de Theo y Pansy, que desde la pelea se habían distanciado más que de costumbre.

—Que desperdicio de chica eres Agnes, te ves tan hermosa como para bailar con Diggory... —escupió Draco arreglando el moño de su traje.

—¿Diggory? —dijo Blaise arqueando su ceja mientras sonreía discretamente.

—Cierra la boca albino, si no quieres que te ahorque con ese moño ridículo —amenazó Agnes.

—¿No vas a decir nada sobre mi, Malfoy? —preguntó Rosaline caminando junto a Alena y sonriéndole al platinado.

Draco la miró, sin duda se veía tan bella como un ángel. Pensó por un momento que si él la hubiera invitado, seguro sería la envidia de muchos.