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BARRY CORRIÓ Y CORRIÓ HASTA QUE LOGRÓ LLEGAR AL DESTINO QUE TENÍA EN MENTE. En cuanto llegó los papeles volaron por toda la habitación, provocando un quejido de frustración por parte de la pobre rubia, quien observó con una mueca al castaño por haber desordenado su área de trabajo.
—En serio lo arruiné, Felicity —pronunció un desesperado Barry—. Y esta vez no sé como arreglarlo.
|Días antes|
Cuando Thawne dejó a Barry en la entrada de la casa de los West, el forense fue capaz de notar el primer cambio.
Iris y Joe ya no se hablaban más. Cosa que él no lograba comprender ya que cuando abandonó el lugar, ambos mantenían una relación estable y debatiblemente sana, pero al parecer ya no era así.
Al día siguiente luego de detener a un criminal, notó los siguientes cambios. Que resultaron ser más de los que él esperaba.
—¿Por qué creyó que no podría contra las balas? —cuestionó divertido el velocista ingresando al cortex.
—Ese es un claro ejemplo de lo que no debes hacer contra Flash —acotó Wally chocando palmas con él, a modo de celebración.
—¿Cómo lo vamos a llamar?
—¿Hablas de un apodo?
—Sí, Cisco lo hace con todos —explicó—. Es el un maestro en eso.
Todos intercambiaron una mirada de confusión, sin entender la extraña actitud de Barry.
—¿Que opinan de Sospechoso de la motocicleta? —propuso el velocista.
