Salió del tren y empezó a correr, se había distraído y había perdido el primer autobús al parque por lo que sabía que al salir a la plaza se encontraría con una enorme cola de visitantes que querían coger su mismo transporte. Cuando el sol empezó a caer sobre ella un pesado calor la invadió, se ajustó su mochila y a paso rápido se acercó, con cuidado y bajo la atenta mirada de muchos, al inicio de la cola. Respiró aliviada al ver a cierta pelirroja y a Marta.
— Pensaba que no llegaba —resopló al llegar a su lado.
— Buenos días a ti también —dijo Marta observando con atención la esquina más lejana por la que llegaban los coches, Andrea sonrío.
— Buenos días, ahora que lo pienso... ¿Qué hacéis aquí? Ya tendríais que estar en el parque —comentó la castaña alarmada.
— El primer autobús no ha pasado, hay un atasco —explicó Marta. Sophie miró a su alrededor, había más compañeros del parque que miraban con impaciencia hacia la esquina más lejana por la que tarde o temprano aparecería un autobús de color azul.
— El bus está a cinco minutos nos han dicho —comentó Andrea— Pero solo será para trabajadores —añadió observando a la cola de reojo.
— Entiendo... No creo que vayan a tomárselo muy bien —dijo Sofía observando hacia la misma dirección que la pelirroja, a lo lejos vio como se acercaba Daniela toda roja y acalorada con el bolso colgando de un hombro y balanceándose de lado a lado.
— ¿Qué pasa hoy con este calor? —se quejó al llegar donde las chicas.
— Otra... Buenos días a ti también —bufó Marta.
— Perdonad, pero ¿podemos saber porque coño os estáis colando? —escupió de golpe una mujer sudorosa, bajita y con varios kilos de más.
«Allá vamos...» se dijo Sofía.
— Discúlpenos, somos trabajadores del parque y ... —empezó a decir la castaña con educación y buscando su tarjeta identificativa en la vieja riñonera que llevaba colgada.
— Me importa una mierda, no pienso dejar que paséis antes que yo —reprochó la mujer cruzándose de brazos.
— Mire yo la entiendo pero al ser trabajadoras... —intentó decir Daniela.
— Os estáis colando, ¿Qué clase de imagen quiere dar vuestra empresa? —interrumpió de nuevo la mujer, a esas alturas la mitad de la cola ya observaba con atención lo que estaba sucediendo.
«Joder que molesta eres...» gruñó una parte de Sofía, la suerte nunca le fallaba y cuándo tenía un mal día era un imán para los imbéciles.
— El bus que vendrá primero será para trabajadores —intervino Andrea con cordialidad, no querían montar un espectáculo.
— Tu te callas pelirroja. Desde luego, los jóvenes de hoy en día no tenéis respeto por nada, nos tomáis por tontos a todos. Os estáis colando en nuestra cara vosotros tres —dijo señalando a Daniela, Sofía y Mario que acababa de llegar— Y tenéis la cara de decirme que no... En nuestra época ya os podríamos haber apartado a la fuerza si hiciera falta, niños egocéntricos.
— Mire, ya basta. Me da igual lo que opinen de mí siempre, pero sinceramente hoy no tengo el día para aguantar a gente mal educada como usted. Somos trabajadoras, no somos niñas. El autobús que está llegando por esa esquina solo se llevará a los trabajadores y a nadie más, un bus los recogerá a ustedes en breves. ¿Quiere subir usted y dejarme aquí? Vale, hágalo. Me da igual, pero por favor avise a los directores del parque cuando llegué. ¡Ah! Y no se sorprenda si no puede subir a nada puesto que somos operadoras y sin operadoras no van las atracciones —sentenció Sofía. Todos la miraban, eso no le gustaba, pero odiaba aún más el espectáculo que esa señora estaba montando.
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Nankurunaisa (Editando Parte1)
Kurgu OlmayanSofía tuvo una relación; pero ya se acabó. Sofía confió en la gente; pero ya no es capaz. Sofía creía tener un futuro; pero ya no puede verlo. Sin embargo, Sofía García descubriría algo muy importante: y es que cuándo crees que todo ha acabado, e...