La música estaba a todo volumen y Andrea y Marta cantaban a pleno pulmón en los asientos delanteros. La pelinegra conducía y Andrea se dedicaba a cambiar cada dos por tres la canción una vez había pasado el trozo que se sabía, normalmente el estribillo. Sofía, en la parte trasera, miraba por la ventana absorta en sus pensamientos y al lado se encontraba Emma que o bien cantaba o bien se quejaba por tener que ir en medio, a la chica el argumento "tú eres más bajita y compacta" no le valía. Al otro lado se encontraba Núria, la pareja de Emma, y compañera del trabajo al igual que Marta. Ella también estaba absorta mirando por la ventana e ignorando los codazos de su novia.
Nuestra castaña había coincidido con ella algunas veces y le parecía una tía de lo más extraña, supongo que por eso se llevaban bien. Era de la misma altura que Sofía, tenía los ojos claros, el pelo oscuro y ondulado con una fina franja rapada a uno de los lados, en la nariz llevaba un septum y siempre lucía una sonrisa de niña traviesa.
— Emma por favor basta —gruñó la chica tras recibir el trigésimo quinto codazo en sus costillas.
— Yo no quería ir en medio, ya os lo dije —refunfuño la aludida, Sofía se apretó aún más hacia la puerta— No es tu culpa Sophie, es que Marta no tiene un coche tiene un tamagotchi.
— Este tamagotchi te está llevando a AdventureLand, bonita —protestó la pelinegra alzando una mano y mostrando su dedo corazón. El coche se llenó de risas.
El coche de delante tomó la salida sesenta y ocho, Marta giró el volante y lo siguió. Por la izquierda las avanzó una moto, el pasajero las saludó con una sonrisa, eran Hermes y Mario. El coche que habían seguido estaba ocupado por Daniela y cuatro más, quienes en teoría trabajaban también en el parque, Sofía no los conocía pero no parecían mala gente.
No tardaron en llegar al gran arco de piedra que daba la bienvenida a AdventureLand, pese a ser primera hora ya había bastantes coches haciendo cola para entrar, con paciencia fueron avanzando hasta llegar a la taquilla situada bajo el arco de piedra, un chico visiblemente dormido les dio la bienvenida y los mandó al parking número dos.
— Quiero que hoy te diviertas, así que dibuja una sonrisa en esa mustia cara tuya — sentenció la voz de Andrea mientras rodeaba a Sofía con un brazo y empezaba a arrastrarla hacia la entrada— ¿Te ha molestado más?
— No... Lo borré en insta así que ya no podía ver mis stories. Además les pedí por favor que dejara de hablarme... — contestó.
— ¿Por qué esta cara entonces? — cuestionó la pelirroja dejando un poco de espacio entre ellas y el grupo, que iban unos pasos por delante.
— Viene mi cumpleaños y sé que me hablará, no tengo ganas de que lo haga pero también me decepcionaría que no me felicitara... No sé, es una tontería...
— Lo es, no es algo que puedas controlar así que olvídate de eso al menos hoy. Si yo fuera tú ya me habría lanzado a esos fuertes brazos. De verdad Sofía que no te entiendo —añadió escaneando a Hermes de arriba a bajo y mordiéndose el labio inferior.
— No quiero usarlo... —se limitó a contestar la castaña observando a Hermes; hombros fuertes, espalda ancha y un buen culo que hoy destacaba gracias a unos ajustados pantalones cortos negros. Eso sin pensar en lo atento y simpático que era siempre con ella. «Joder... Estoy triste pero no ciega...» pensó Sofía.
— Ni qiri isirli —refunfuño Andy— Pero me pongo unos pantalones que me hacen un culo de espanto y una camiseta blanca escotada que remarca mis pechotes —añade escaneando a la castaña— Eso sin destacar que te has pintado los ojos amiga, y hacia tiempo que no lo hacías.
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Nankurunaisa (Editando Parte1)
Não FicçãoSofía tuvo una relación; pero ya se acabó. Sofía confió en la gente; pero ya no es capaz. Sofía creía tener un futuro; pero ya no puede verlo. Sin embargo, Sofía García descubriría algo muy importante: y es que cuándo crees que todo ha acabado, e...