«No es él...»
«No es Álex...»
La cabeza de Sofía repetía eso incansablemente mientras notaba como ese chico, el guiri apodado Thor, empezaba a repasar cada parte su anatomía con una evidente necesidad. Sus manos repasaban las curvas de Sophie con hambre; su espalda, su cintura y finalmente su trasero donde se detenía y apresaba aún más a la castaña entre él y la pared.
«¿Cuando hemos salido de la pista de baile?...» pensó la castaña notando el frío muro a sus espaldas y al chico sobre ella. «Necesito aire...» se dijo mientras rompía el beso e intentaba coger aire, Thor se lanzó a atacar el cuello de la chica, que se mordió el labio inferior ante tal acción. Sofía empujó al chico suavemente, marcando una distancia y recuperando su espacio personal.
—Perdón pero no puedo seguir —declaró la chica en inglés, el chico lució molesto por unos segundos y después empezó a acercarse de nuevo con una sonrisa, intentando seducir de nuevo a la castaña.
—¿Eres sordo? —escupió una voz con una fina pronunciación.
El chico se separó de Sofía y se quedó mirando a esa chica pelirroja que lo miraba desafiante, tras ella se encontraba un chico de expresión sombría y con los brazos cruzados delante de su pecho.
—Tsk, okey. Sorry, vakker —dijo el chico. Después se fue.
—¡¿Tu eres imbécil?! —escupió Andrea con un evidente enojo mientras agarraba a Sofía del brazo— ¿Qué coño haces Sofía? ¿Qué hubieras hecho si no te hubiera estado vigilando?
—Gracias —se limitó a contestar la castaña intentando zafarse del agarre de su amiga.
—No. No voy a soltarte. Nos vamos a tomar el aire y después a casa de Ruth a pasar la noche —dijo la pelirroja.
—¡Joder, Andrea, suéltame! —gritó Sofía usando su fuerza para soltarse, la castaña era más fuerte y lo sabía.
— Ya, ya... Chicas no ha pasado nada, relajaos. El chaval lo ha aceptado y se ha ido —intentó tranquilizar Hermes colocándose entre ellas.
— ¿Y si no hubiéramos estado? ¿Se hubiera ido entonces? —cuestionó Andrea provocando un incómodo silencio en el ambiente— Joder, Sofía. Un poco de cabeza, coño.
— No voy a escuchar eso de alguien como tú —soltó la castaña mirando fijamente a su amiga.
—¿Perdón? —dijo Andrea intentando acercarse a su objetivo, Hermes la frenó en seco agarrándola del hombro.
—Joder, eres la primera que se ha follado al primero que ha visto al salir de fiesta. Te importa bien poco si es en un baño o un cuarto vacío —escupió la castaña, Hermes la regañó con la mirada.
—Calmaos, chicas estáis diciendo cosas que... —empezó a decir Hermes intentando poner paz de nuevo.
—¡Me importa una mierda con quién folles! —gritó Andrea apartando a Hermes y acorralando a Sofía contra el muro, la castaña la miró, la luz de neón provocaba que el pelo de su amiga se viera aún más rojo— Pero hazlo con todos tus sentidos en condiciones... —añadió la chica abrazando a su amiga— No sé qué intentabas demostrarte a ti misma al irte con él, pero yo sé que tú no eres así...
—¿Cómo pudo él hacerlo? —susurró entonces Sofía con lágrimas en los ojos—¿Cómo pudo acostarse con ella? No podía dejar de pensar en él mientras ese me besaba —confesó con las lágrimas ya cayendo— Es aquella amiga de su hermana, la que le encanta por detrás, la que no era nadie, la chica con la que algunos querían emparejarlo... Se la follo a la semana, la está conociendo, se envían corazones y yo no soy capaz ni de besar a otro. Doy asco, estoy harta de estar así, no quiero amarle, no quiero recordarle... Quiero seguir hacia delante pero no puedo hacer nada si en todo lo veo a él. Y ahora solo hago que compararme... Es más bajita, delgada y hermosa, a su lado soy una chica enorme... —declaró atragantándose con sus propios sollozos. Andrea apretó más su agarre alrededor de Sofía, le partía el corazón verla así. La castaña se agarró a las ropas de su amiga, intentando detener su llanto sin éxito alguno.
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Nankurunaisa (Editando Parte1)
No FicciónSofía tuvo una relación; pero ya se acabó. Sofía confió en la gente; pero ya no es capaz. Sofía creía tener un futuro; pero ya no puede verlo. Sin embargo, Sofía García descubriría algo muy importante: y es que cuándo crees que todo ha acabado, e...