Capítulo 6. Te Protegeré

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Llegué a mi casa pasando media noche, había apagado mi celular después de la insistencia de aquel chico por contactarme, mi madre se tronaba los dedos esperándome, en cuanto me vio
abrir la puerta fue hacia mi con pasos certeros, quizá queriendo darme un golpe por preocuparla, debí tener un rostro sombrío - Otabek... todo esta bien? - negué, me abrazó fuerte, recuerdo cuando era niño, odiaba la idea de que alguien pudiera gustarme, el asco y repulsión cuando te hacian burla con algún compañero del instituto, extraño aquellos momentos, extraño mirar pasar a alguien sin el más mínimo interés amoroso, extraño mucho la época en donde no lo conocía.

Me metí a bañar después de llorar como un tonto, dejé que el agua cayera en mi cuerpo, agua tibia tratando de tranquilizar mi espíritu, mi madre me esperaba en mi habitación, secaba mi cabello con paciencia, mientras ella buscaba las palabras correctas para hablar conmigo - Yuri vino a buscarte, parecía que había llorado demasiado, pelearon, cierto?.

- Terminamos mamá - me senté a su lado, ella tomó mi mano, la acariciaba guardando silencio.

- Siempre tenemos problemas entre pareja, es común y normal, solo no dejen que el orgullo sea su pilar.

- Madre... no regresaremos, no es orgullo, no es nada de eso.

- Vino aqui desesperado, su abuelo vino a recogerlo, esperaba por ti angustiado, seguro que no es una simple pelea?.

- Madre Yuri.... me engañó - su rostro fue de sorpresa, los cristales de las ventanas crujían, por el sonido de los rayos caer, el silencio reinaba en la habitación, lo había dicho, había sacado la verdad de mi corazón, porqué es real, el me engañó, o quizá fui yo, quien pensó que me amaría cuando jamás sería así.

En aquella época, mi celular sonaba, cada cierto tiempo, el llamaba pidiéndome hablar, era ya su número de emergencia, su amigo amable que escuchaba cada lamentación, su alfa era el típico chico capitan del equipo de basquetbol, un alfa que no media su fuerza y se empeñaba en demostrar su amor con puños, Jean Jacques Leroy, un tipo musculoso, por el cual lloraba, el alfa que maldecía, pero que tenía una foto con el de fondo de pantalla.

El amor te atonta, sería la descripción correcta, Yuri estaba atontado por JJ, y yo atontado por Yuri, así era la vida, así tenía que ser, debí mantenerme al margen, pero como siempre soy demasiado tonto para ello.

Mi madre me dijo que las personas con sentimientos sinceros, tendrían cosas buenas, si es así, porqué tengo el corazón roto?.

Estaba por salir de preparatoria, cuando nuestras vidas se cruzaron, incluso en mi instituto aquel alfa era conocido, incluso escuché varias veces rumores, rumores donde era conocido por sus relaciones casuales y sin compromisos, no tenía el valor de decirle a Yuri la verdad.

Sabía su música favorita, conocía tambien la comida que le gustaba y la que no, incluso había aprendido a leerlo, sus expresiones eran únicas, después de varias salidas, podía escribir un libro de como entenderlo, de como leerlo, me sentía feliz por ello.

Amaba los postres, bailaba su música favorita solo con gente allegada, escribía con letra cursiva la mayoría del tiempo, y sus ojos eran los más bellos del mundo, así era el chico que me gustaba y del que me enamoré.

Debí ser inteligente, jugar su juego, no enamorarme pero me fue imposible, me equivoqué, en su juego siempre perdí.

Varias veces su rostro fue llenado con golpes y hematomas, que el siempre terminaba justificando, quería ser prudente, hasta que un día fui testigo de ello, aquel omega rubio era arrinconado afuera de uno de los cines mas concurridos de la ciudad, el omega se hacía pequeño, mientras el alfa le reclamaba en tono alto de voz.

Hubiera pasado por alto la situación por no perjudicarlo, cuando el sonido de una cachetada retumbó en el ambiente, el rubio miraba a todos lados pidiendo auxilio, como siempre nadie se metía ante una pelea entre alfa y omega, nadie lo haría pero yo si.

Corrí hacia aquel alfa azabache, mis puños se estrellaron en su rostro, la gente gritaba, pero mis puños se movian sin consideración, había aprendido a boxear desde los 12 años, como un deporte tratando de mitigar la típica rebeldía que viene con la adolescencia, todos esos conocimientos ahora me hacían moler a golpes a aquel alfa.

Sus amigos vinieron en su auxilio, lo separaron de mi, su nariz sangraba, quizá estaba rota  - Quién demonios eres y porqué me golpeas? - me dijo.

- Estabas lastimando a Yuri, la gente te dejará hacer lo que quieras, pero yo no!!!, he visto cada herida que le has hecho si tienes los pantalones para violentarlo, tambien tenlos para pelear conmigo.

- Me golpeaste por el? - lo señaló riendose sonoramente, aquellos amigos también lo acompañaron en su burla - Yuri es un omega fácil amigo, vienes a defender su honor, cuando nunca lo ha tenido, me ha seguido como un perro desde hace tiempo, no sabe aceptar que solo fue un simple encuentro casual, un acoston de una noche, no puede aceptarlo el pobre y viene a buscarme sin tener ni siquiera un poco de dignidad, no malgastes tu tiempo, un omega así no lo vale.

- El que no vale eres tu... un alfa idiota que se cree superior, es el que no vale la pena.

- Porqué insistes tanto conmigo si tienes a tu principe azul? - le dijo al rubio, me señalaba mientras limpiaba su nariz sangrante - fuiste inteligente te conseguiste un buen guardaespaldas - aquel alfa nos dejó.

Lo vi alejarse riendo como si nada hubiera pasado, mientras aquel omega estaba tendido en el suelo - Dejalo ya Yuri, basta!, no es para ti, no lo entiendes?.

- Lo se!!, lo sé maldita sea!!, pero no puedes elegir a quien amar, no puedes - el tenía razón, con el tiempo lo comprendí, no puedes elegir de quien enamorarte, solo sucede, el amor llega a ti como un cataclismo, como un desastre natural que mueve los cimientos de tu espíritu mismo, de tu alma, que mueve todo de tal forma que jamás será igual, y fue real, no fui el mismo, porque me enamoré.

Tal vez no (OtaYuri) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora