Capítulo 14. Heridas

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Eran las 6 de la tarde, había dormido casi todo el día, el sonido del timbre de mi casa, no paraba de ser tocado, miré por la mirilla, Yuuri y Viktor estaban frente a mí puerta, en cuanto abrí, el omega azabache entró con pasos seguros, me dio un golpe en la cabeza, un perfecto golpe, reiniciando mi sistema - Odio tu forma de ser Altin, odio que no nos tengas la suficiente confianza para decirnos lo que te pasa, y que tengamos que enterarnos por otros rumbos - me decía enojado.

- Así, que ya lo saben... Vaya... Que comunicativa es la gente - respondí.

- Se habla de eso en la universidad, Yuri se dio de baja temporal, su embarazo es de alto riesgo, fuimos a verlo...

- Pensé que no te agradaba...

- No me agrada es verdad, creo que has sufrido lo suficiente por el, creo que la manera en la que se comportaba contigo cuando JJ lo terminó, era infantil, pero... Algo no me cuadra, lo siento, soy tu amigo, lo sé, pero... Siento que algo falta.

- Tú también vas a decirme como mi madre, qué no crees que me haya engañado?.

- Qué pasaría si fuera así?, existe la posibilidad, mientras no existan pruebas contundentes no puedes asegurar nada.

- Y lo que vi?, y lo que oí?.

- Pareces disco rayado diciendo lo mismo, lo sé, se de lo que hablabas, pero... Lo veo tan roto, lo veo tan mal, el de verdad sufre y tu también, te has visto en un espejo?...

- Me acabas de dar a entender,  qué soy una basura de mi mismo?.

- Lo afirmó, no lo doy a entender, si ese cachorro, fuera tuyo?, qué pasaría? - alguna vez me imaginé ese momento, formar una familia a su lado, pero todo se fue al traste, todo, todo se fue al caño, ambos me observaban mientras les contaba todo lo sucedido.

- Te cuídaste?, la última vez que estuvieron juntos, tu te cuídaste? - preguntaba Viktor

- Diablos no... - era verdad, no había llevado ninguna precaución.

- Ay, pero que idiota... - decía Yuuri, sé sobaba su cien, en clara señal de desesperación - ese niño tiene la posibilidad de que sea tuyo... Y aun así te das el lujo de asegurar que puede que no sea tuyo?.

- Pero... El...

- Eres médico Otabek, sabes lo que pasa cuando tienes sexo sin protección con tu pareja, o quieres que te explique con el cuento de la abejita y la flor?.

- No... No es necesario.

- La posibilidad existe, somos tus amigos, no dejaremos que hagas una estupidez.

- Estoy siendo sensato...

- Estas siendo idiota, orgulloso y arrogante, si existe la posibilidad, debes portarte como el buen hombre que se que eres... Así que pórtate como un buen alfa, respondele y si no es tuyo date la media vuelta y dile adiós.

Sabía que había una posibilidad, pero, una parte de mi, aún se negaba a verlo, porque sentía que en cualquier momento yo, correría a abrazarlo, lo he repetido, el amor te hace idiota.

Miraba el techo de mi habitación, el debería tener 4 meses de gestación, si es que aquel ser era mío, la intranquilidad, como hace tiempo, no me ha abandonado, mi lobo, se siente desesperado e inquieto, el como yo, sufre por amor.

Tomé el valor del mundo, caminaba hacia su casa, siendo cerca de las 8 de la noche, la luna estaba en lo más alto, todo el trayecto era silencioso, completamente silencio, caminaba apresurado, cuando en su puerta estaba JJ, llevaba en sus manos varias bolsas con ropa de bebé, lo sabía, aquel logotipo en la bolsa de papel, era una marca conocida, me detuve, las dudas se fueron de mi mente, serás feliz con el?, te hace sonreír?, eso no debería importarme.

La noche era joven, y como el típico tonto que siente que su corazón está roto, terminé en uno de esos bares bohemios de la ciudad, con varias botellas de alcohol a mi lado, mientras un tipo cantaba al desamor, dandome la clásica escena de loco despechado.

Estaba totalmente fuera de mi mismo, simulando copiar los acordes de aquella guitarra con mis dedos, cantando con el, sonoramente, sobre mi desgracia.

Aceptaría esta noche tener que fingir, mintiendo cuando te diga que no me duele aceptar, que fui solo una aventura, un encuentro casual.

Tantos años a su lado, tantos recuerdos, y terminé siendo solo un idiota más en su historial.

Que me urgen tus manos tu respiración, con tu rostro frente al mío y los ojos cerrados.

Si lo sé, estoy siendo un loco que aún espera volver a tener su aroma en mi almohada, estoy siendo todo aquello que juré destruir.

Y hoy empiezo a sospechar... Y voy acercándome a la idea de aceptar que fui un error, que probablemente fue tu miedo a no sentirte sola, que los besos que me dabas eran pura compasión.

Compasión, obligación, realmente cuál fue el motivo para que el estuviera conmigo, durante todos estos años?.


Y tu deberías de comprender que mi intención era hacerte feliz,  seguiremos caminando, es lo mejor para los dos... O tal vez no...

De verdad es lo mejor?, de verdad no es un error?.

Dime si estas feliz con el, si te hace sentir, si te hace sonreír.

Pensé que tus mejores sonrisas me pertenecían, pero no, siempre fueron de el.

La música resuena, por más alcohol que tome, no hay remedio para aquel mal, llamado amor, no hay solución para aquella enfermedad llamada desamor, no hay rendición, tampoco hay calma o tranquilidad.

El karma me ha llegado, aunque intento analizar todo, nada me es lo suficientemente fuerte, para merecer tal destino, llega la media noche, hay mucha gente fingiendo recato y rectitud aún, soy el único escandaloso que canta aquellas canciones de desamor y despecho, como si fuera un castigo, al fondo del lugar, en la mesa situada en la zona más oscura, un omega de cabello rubio, labios rosas y ojos verdes, observa mi desdicha.

Con su pierna cruzada, se burla de la caricatura en la que me he transformado, sus ojos verdes que tanto ame se han transformado en un par de cuchillas, que terminaran de partir en dos mi corazón, son un par de flechas que atravesarán mi espíritu, son como unas balas expansoras que me harán trizas desde mis adentros al entrar en contacto con mi piel, Yuri Plisetsky, es la alucinación dolorosa que causa el alcohol.

Tal vez no (OtaYuri) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora