Mi destino eres tu #01

EL VIAJE

Regresé a mi trabajo en la UNI e intenté hacer que mi vida fuera lo mejor que

podía. No se me podía olvidar, tenía una tristeza encima de mí de la que tenía

que desprenderme.

Yo había querido a mi marido. Podríamos haber hablado y haber podido

cambiar nuestra actitud y rejuvenecer nuestro matrimonio. Pero estaba claro

que eso no es lo que Jaime tenía en mente. Quiso volar. Ahora le deseo buen

viaje pero para no volver.

En agosto cumpliría cuarenta y tres años. Estaba en una edad en la que los

hombres no entraban en mis sueños. Ocuparme de mis hijos era la idea de mi

futuro. Hacer todo por ellos y dejar que mi vida pasara de largo. Ya estaba

resignada a ello.

Nos reunimos para el día de la Madre, en Mayo, Chus, Isabel y su amante

Carlo.

Isa estaba cada vez más perraca con Carlo. Era un sobeteo interminable, lo cual

me parecía bien, ya lo pasó mal la pobre, tenía que disfrutar. Y vi que sacada

algo del bolso y me lo tendió.

_¿Y esto qué es?

_Un regalo que te gustará y sabrás valorar…jaja

_Uiii…esa risita no me gusta nada.

Abrí la caja bien envuelta cuando veo algo, a lo que no sabría poner nombre.

Era un doble consolador en forma de gancho.

Era un consolador vaginal y un vibrador para el clítoris. Tenía cinco potencias y

traía de regalo un estimulador anal.

Mi cara creo que no tenía desperdicio. Isabel y Carlo no paraban de reír y yo

colorada como un tomate.

_Si quieres te enseño. Me dijo Carlo.

No paraba de reír a carcajada limpia.

_Esta me la pagáis.

Y volvieron a reírse los dos.

Guardé la caja y noté como yo misma me estaba excitando solo de pensar en

ello.

Hablamos de las vacaciones de verano, algo que yo estaba deseando tener y

desconectar de todo esto. Chus no podía irse por el tema de su madre y Carlo

las tenía en julio con lo cual no podría irse con Isabel que las tenía en agosto

como yo.

Mis hijos me dijeron que a ellos de nuestra casa no los movía nadie, que

teníamos piscina y pasaban de playitas.

Así que Isabel y yo acordamos irnos juntas a cualquier playa maravillosa en

cualquier país del mundo. Quedamos para reservar en una agencia de viajes y

al entrar me fijé en un póster enorme que tenían dentro del cual me quedé

enamorada. Era un paisaje verde con una casa al fondo. Parecía un castillo.

_Escocia. Me dijo la chica que nos atendía. Es Escocia. Las Highlands. Un lugar